El manoseado concepto de populismo es una confusa acepción difícil de definir científicamente por ser tan polisémica como ambivalente; utilizándose para encuadrar fenómenos políticos disímiles, frecuentemente contrapuestos, que no guardan una común relación; siendo sin embargo el apropiado para circunscribir la misoginia, la xenofobia, el radicalismo, la intransigencia, la irracionalidad, el autoritarismo y sobre todo la demagogia, con la que hace causa común, alcanzando entonces la máxima calificación peyorativa. En ese cajón de sastre entran posiciones políticas tanto de la ultra izquierda como de la derecha radicalizada que, distanciadas de la moderación y la centralidad, se enfrentan o contraponen a la racionalidad del sentido común y a la democracia liberal institucional.

Originariamente aparece el populismo en los primeros años de la segunda mitad del siglo XIX durante el convulso y revolucionario período ruso pre democrático caracterizado por sus atrabiliarias movilizaciones sociales, enarbolando la falsa pretensión de favorecer a los más débiles frente a los más fuertes, o en su argot a los de abajo frente a los de arriba, con dialécticas mera e intensamente emocionales contra las posibilidades realistas de contenido racional.

Los empecinados populistas y demagogos, a los efectos que les atañen, tienen necesariamente que acudir para sostenerse políticamente al auxilio de otras ideologías, hoy verbigracia, mayoritariamente, a la neocomunista en la ultra izquierda. Aunque del análisis de ese su movimiento tan solo emerja una delgadez casi esquelética poco desarrollada, con endebles apoyaturas intelectuales y simples argumentos, fáciles de captar por los acólitos y simpatizantes, reivindicando una posición social excluida del poder, cívica, económica o étnicamente. También criticando la democracia representativa, dando preferencia, con una sesgada propaganda, a la que denominan voluntad del pueblo como democracia asamblearia y directa. Según esos bolivarianos el pueblo es el que posee la conciencia de su bien y la medida de su independencia.

** Doctor Ingeniero Agrónomo. Licenciado en Derecho