No me salen las palabras de adentro. No me lo puedo o quiero creer. Ha fallecido una de las mejores personas que han pasado por mi vida, mi apreciada y admirada concejala María José Moros.

Gran gestora y mejor persona. Trabajadora, eficaz, llena de ilusiones y proyectos, cariñosa, respetuosa a más no poder con el trabajo de los profesionales que la rodeábamos, enamorada de su ciudad y de sus ciudadanos, leal hasta el último momento, a la palabra y a sus compromisos. Compañera, familiar, gran madre y esposa. Una mujer extraordinaria.

En este año y meses que he tenido la suerte de trabajar con ella y sobre todo desde que volvió a darle la cara su maldita enfermedad, no ha expresado ni una queja. A pesar de que todos los que la rodeábamos veíamos su deterioro, ella le quitaba importancia y se preocupaba de nuestros problemas personales y su ciudad. Ni un segundo de pensar en ella, estuviera como estuviera. Al pie del cañón hasta el último momento. Desde el hospital te mandaba mensajes de aliento, quería saber de la gestión que estábamos haciendo... Una gran mujer.

Una gran pérdida. Dios se lleva siempre a los mejores, está claro. Espero, como creyente que soy, que le dé en el otro mundo el premio que se merece por sus obras.

Esta palabras no tienen otro objeto que todos sepan quién era María José.

Descanse en Paz.

Antonio María Valdenebro. Técnico de la Delegación de Movilidad.

Córdoba