He esperado si aparecía más información sobre el caso Gabriele , pero no he encontrado nada. De hecho, no debería extrañarme. Cuando Gabriele ha querido dar explicaciones sobre los hechos, se ha producido un hecho sorprendente: el presidente del tribunal vaticano le ha retirado la palabra. Gabriele era un empleado del Vaticano, un lugar que en principio es deseable, porque no hay ningún riesgo de que la empresa cierre. Pero en el Vaticano "pasan cosas". También pasan en los negocios y los ministerios, pero lo que pasa no debe explicarse a base de vaguedades. Como las que dijo el exmayordomo del Papa, que no es un cargo cualquiera. El señor Gabriele se declaró inocente de apoderarse y divulgar determinados documentos reservados al Pontífice. Pero se reconocía culpable de haber traicionado la confianza de Benedicto XVI. ¿En qué consistía la "traición"? El exmayordomo ya empieza a no concretar. Dijo que había cedido a la presión... (¿de quién, sobre qué, por qué?). Y aseguró que varias personas (¿cuáles?) lo instigaron (¿con qué tipo de estímulos o coacciones?) a llevar a cabo su acción delictiva (¿cuál?). Gabriele se excusó, intentando tristemente justificarse: "No he sido yo, solo, quien ha pasado documentos del Vaticano" ¿Se ha sabido quiénes eran los otros? Cuando intentaba explicarlo se produjo un hecho sorprendente: el presidente del tribunal le retiró la palabra. Cuando el exmayordomo quería dar una información importante, el tribunal le ha dicho que basta, que se callara. Desde entonces no se ha aclarado públicamente nada. Ni de los documentos, ni de quién los filtró, ni de la situación actual del mayordomo. Silencio. Y así pasan los días. No llega más información. Quizá sí que tenía razón La Rochefoucauld cuando dijo que el silencio es la actitud más prudente de quien desconfía de sí mismo.

* Escritor