El patrimonio de los ministros y del presidente del Gobierno ya es de dominio público, tras salir publicado en el BOE. Y los comentarios son de todo tipo: hay quien cree, a la vista de lo publicado, que mienten; hay quien considera que poseen mucho, y otros entienden que, para lo que ganan, tienen poco. Y es que la transparencia informativa de los sueldos públicos destapa esta contradicción social. En todo caso, siempre es mejor la información que el oscurantismo.