Uno de cada cinco alumnos sufre algún tipo de maltrato durante su etapa escolar, una cifra que se dispara cuando afecta a escolares con alguna diferencia. Esa es la realidad que pretende combatir Córdoba Suma, una red local creada a partir de la iniciativa pionera en España de dos asociaciones, Autismo Córdoba y No al Acoso Escolar (NACE), y la Fundación Cajasur, para frenar el avance del fenómeno del bullying. Con este objetivo, sus impulsores tienen previsto crear puntos de ayuda y organizar campañas de sensibilización, además de jornadas informativas como las que se celebrarán el próximo 24 de noviembre en la Diputación con profesionales que analizarán la situación.

El jefe de Comunicación de la Fundación Cajasur, Jacinto Mañas; el presidente de Autismo Córdoba, Miguel Ángel López, y el presidente de NACE, Javier Pérez, explicaron la génesis del proyecto, que pretende «prevenir, detectar e intervenir ante posibles casos de acoso», crear una conciencia social que rechace este tipo de comportamientos y ofrecer información a la comunidad educativa y a los padres para que puedan actuar ante posibles indicios.

Según un estudio de la Junta de Andalucía, el 30% de los niños de Primaria y el 20% de los que cursa Secundaria sufren algún tipo de acoso en su etapa escolar. Asimismo, un estudio del CSIF, publicado el año pasado, detectó que el 60% de los profesores eran conscientes de que en las aulas se dan situaciones de acoso, pero el 80% no saben cómo solucionarlo. En determinados colectivos, las cifras de afectados se disparan hasta un 60% de víctimas de acoso entre los menores autistas, un 50% entre los que tienen altas capacidades y un 90% cuando se trata de niños con Síndrome de Asperger.

Entre las instituciones adheridas al proyecto figura el Ayuntamiento de Córdoba y, según el presidente de Autismo Córdoba, «está pendiente la adhesión de la Junta de Andalucía», competente en materia de Educación.

Toda la información sobre el proyecto se encuentra en la web cordobasuma.es, donde se puede leer un manifiesto que subraya el hecho de que es habitual que los docentes y los padres detecten tarde y mal el bullying y alerta de que «sufrir acoso deja huellas que cuesta mucho borrar». Asimismo, expone que «el problema no es ser diferente, sino ser tratado de forma diferente a los demás», por lo que abogan por buscar una solución «que pasa por la implicación de todos».