La Comunidad de Madrid registró ayer cuatro muertes violentas, que elevan la once las ocurridas desde principios de este año y que confirman que en la capital de España se produce casi un homicidio cada tres días.

Agentes del Cuerpo Superior de Policía encontraron ayer el cadáver de un hombre que tenía un fuerte golpe en la cabeza y un naipe entre sus pies. Unas tres horas más tarde, fue detenido un individuo como presunto asesino de su vecina, de 50 años.

ALCALA DE HENARES

El tercer suceso ocurrido ayer en la Comunidad madrileña tuvo lugar en un bar de la localidad de Alcalá de Henares, donde se registró un tiroteo que acabó con la vida de dos personas y causó heridas a otra.

El bar Rojas de Alcalá de Henares se convirtió hacia las 16.30 horas en una pesadilla. Un hombre entró armado en el establecimiento y realizó numerosos disparos. Las balas alcanzaron a una clienta, de 60 años, que había bajado al local para llamar por teléfono, y al hijo de la propietaria, de 17 años. Ambos fallecieron en el acto.

La dueña del bar, una mujer de 38 años que regentaba el local desde hacía seis meses, también recibió dos impactos. El personal de emergencias la trasladó al hospital, donde anoche permanecía en estado muy grave.

Tras cometer los crímenes, el agresor huyó. A última hora de la noche, todavía no había sido detenido. Fuentes de la investigación explicaron que el móvil del robo está prácticamente descartado porque "un atracador no dispara a diestro y siniestro". Las otras hipótesis son la de un ajuste de cuentas o un caso de violencia doméstica.

La policía tampoco practicó ayer ninguna detención por la agresión a Juan Carlos M. C., un español de 28 años que trabajaba en una empresa de limpieza de Barajas y que a las 4.45 horas apareció muerto en una parada de autobús de Alameda de Osuna, una zona residencial próxima al aeropuerto. Tenía un fuerte golpe en la cabeza y junto a su cadáver los agentes encontraron un as de copas. El naipe mantiene intrigados a los investigadores ya que puede ser "una pista esencial o una simple casualidad".

El cadáver fue encontrado por el conductor de un autobús. El personal de emergencias sólo pudo certificar la muerte del hombre, que falleció a consecuencia de la herida "incisa penetrante" que le causó el golpe.

También a las afueras de Madrid, en Valdetorres del Jarama, se produjo otro crimen. Antonio M., de 28 años y con antecedentes, entró en un chalet con la intención de robar. Pensó que la casa estaba vacía, pero al encontrar a su dueña la apuñaló y le causó la muerte. El hijo de la mujer, alertado por los gritos, bajó a la cocina para ayudarla, pero cuando el agresor se dirigió hacia él saltó por la ventana para evitar el ataque. En la caída se rompió los tobillos. Antonio, que vivía en el chalet contiguo, abandonó el lugar y se fue a su trabajo, en una fábrica de Algete. Allí fue detenido dos horas más tarde.