Los incendios forestales que afectaron a Galicia a comienzos del otoño arrasaron, según las mediciones definitivas, algo más de 49.000 hectáreas, según la Xunta, que contabilizó 264 fuegos, algunos de los cuales perjudicaron a áreas de población. De las 49.171,59 hectáreas ardidas, 26.098,13 hectáreas son monte arbolado, mientras que la rasa fue de 23.073,46. Un hombre fue arrestado acusado de prender un fuego en una finca familiar situada a 300 metros de las casas, cuando las quemas estaban prohibidas. La detención tuvo lugar en Vigo (Pontevedra) por un fuego registrado en una zona del municipio de Os Blancos (Ourense). El alcalde de esta localidad, José Manuel Castro, contó que, según las primeras pesquisas, el detenido cometió una «negligencia» cuando, al parecer, estaba asando chorizos.

Portugal fue golpeada también en 2017 por la tragedia de los incendios que, además de provocar más de cien muertos y arrasar cerca de 450.000 hectáreas, generaron las primeras fricciones entre el Gobierno socialista y el presidente conservador.

El primer golpe llegó el 17 de junio con el gran incendio de Pedrógão Grande, en el centro del país, que se extendió a los municipios vecinos y que no pudo ser controlado en su totalidad hasta una semana después. El fuego provocó 64 muertos, 47 de ellos en la carretera nacional EN-236 donde fueron cercados por las llamas. Se creó una comisión técnica independiente para estudiar lo ocurrido y el Gobierno anunció una reforma forestal y convocó un consejo de ministros extraordinario sobre medidas de apoyo a las víctimas y a la reconstrucción de las zonas afectadas. Aunque no fueron pocas las voces que pidieron también la dimisión de la ministra de Administración Interna, Constança Urbano de Sousa, que mantuvo su cargo gracias al apoyo del gobierno.

Tras un verano caliente en el que los bomberos tuvieron que luchar contra las llamas pero sin lamentar víctimas, con la época estival superada, la fatalidad volvió a golpear al país el 15 de octubre. Aquel día, definida por Protección Civil como el peor del año en materia de incendios, con más de medio millar de fuegos que arrasaron el centro y norte, dejó otros 45 fallecidos y cerca de 70 heridos, centenares de viviendas y de negocios destruidos con unas pérdidas que todavía no se han terminado de contabilizar. Las duras palabras del presidente Rebelo de Sousa precipitaron la dimisión de la ministra de Administración Interna en menos de 24 horas.