A José Cruz Conde y a más saber a su calle Cruz Conde no solo se la tenía jurada el cogobierno saliente de nuestro Consistorio, sino que, según las crónicas de hace ni más ni menos que 90 años, cuatro caballeretes, a esas horas de la madrugada donde ahora el camión de limpieza turba el sueño de los vecinos del centro con el estruendo de su pomposo motor de gasoil y sus inquietantes cepillos, destrozaron el rótulo de la calle Cruz Conde. Los motivos del cuarteto es que Cruz Conde estaba unido a la dictadura de Primo de Rivera. La condena que se le puso al autor confeso fue la de una multa de 36 de las antiguas pesetas. Ahora el rótulo lo quitan otros y por si no estaba al tanto también lleva implícita una especie de multa, eufemísticamente hablando que será apoquinada religiosamente no por los inductores o autores morales del hecho, sino por todos y cada uno de los que vivan o se domicilien en la calle Cruz Conde. Y me explico. Si nos cambian el nombre de la calle, nos cambian ciertas circunstancias legales. Esto es lo que nos diría un experto. Tenemos que actualizar todos los documentos oficiales en los que consta la dirección. De este modo, se deberá solicitar un certificado al consistorio en el que conste que se ha producido dicho cambio y en el que figure también el nombre antiguo y el nuevo de la calle. Este documento deberá presentarse en los organismos en los que se tramita el DNI, la tarjeta de la seguridad social, entidades bancarias, empresas suministradoras y otros. Con relación a la escritura de la vivienda, se deberá solicitar también dicho certificado y llevarlo al Registro de la Propiedad para que hagan el cambio en la inscripción de la finca. Y esto tiene un coste pecuniario. Esto sirve igual para cualquier cambio de calle. Y de Cruz Conde los que lo han quitado dicen que era franquista. Aunque lo sea o no el cambio del rotulo lo pagan los vecinos.

* Mediador y coach