La esperanza es lo último que se pierde y, aunque se anunciaba muy poca agua, la ciudad se llenó ayer por la mañana de paraguas al primer atisbo de nubarrones. Pero nada, la buena voluntad de los cordobeses, tan dispuestos a escuchar caer las gotas sobre el tejido impermeable, se vio defraudada. Un aguacero a media mañana y cuatro gotas por la tarde. En total, 0,8 litros por metro cuadrado según las informaciones de la Aemet a última hora de la tarde. ¿Y los próximos días? De momento, parece que hoy se asomará el sol entre nubes, pero sin el precioso regalo, y que solo hacia el final de la semana tenemos alguna esperanza de lluvia, si no se la lleva el viento... Todos, agricultores y ciudadanos corrientes, miramos al cielo estos días.