Decía Joaquín Leguina en una tertulia radiofónica que él preguntaría a los candidatos a presidente de Gobierno: «¿Vais a indultar o no indultar a los políticos presos condenados?» El ser o no ser defensor de la unidad de España, es la cuestión. La plantea uno de los dirigentes de aquel PSOE, tan añorado y también tan vituperado por la nueva ola socialista. Ganó las elecciones en 1982 por mayoría absoluta con el lema de Felipe González, «honradez y firmeza». Pese a su tradicional fortaleza, la federación andaluza del PSOE-A, ha sido minusvalorada por el Comité Federal con sede en Ferraz, al hacer las listas de aspirantes a diputados para las próximas elecciones. Pedro Sánchez defendió la voz de la militancia que le fue favorable cuando se enfrentó a los barones muy críticos por su apaciguamiento del independentismo. Pero ahora en Andalucía, con su actitud contradictoria, ningunea a la militancia andaluza. Lleva razón Alfonso Guerra cuando dijo en Sevilla, durante la presentación de su libro, ‘La España en la que creo. En defensa de la Constitución’, que la federación andaluza «es muy importante»; no se merece ese desprecio. Le ha llamado la atención la actitud del Comité Federal al decir, «nosotros tenemos derecho a escoger». El muy sibilino Alfonso Guerra se pregunta ante ese «nosotros»: «¿Son los militantes? ¿Es la dirección? ¿Es una sola persona?». No dijo más pero se le entiende todo como a Leguina y a Felipe González. Alguien dirá, al que aún cree en la democracia interna del PSOE, «¡así son las primarias, idiota!». Allí paz efímera y aquí poca gloria con el célebre «tomo nota».

* Periodista