Vicente Vallés ha sido declarado culpable por el tribunal de orden público de Pablo Echenique por narrar una cronología. Ni si quiera ha sido condenado Vicente Vallés al patíbulo tuitero por criticar a Pablo Iglesias en el caso Dina Bousselham, ni ha alzado la voz el comisario político Echenique por un ejercicio de estilo con retranca verbal o con pegada, sino porque Vallés se ha decantado por la objetividad narrativa. El resumen sería que el 1 de noviembre de 2015 Dina Bousselham, exasesora de Iglesias, denuncia el robo del móvil. En enero de 2016 la tarjeta del móvil de Bousselham es enviada a Interviú, con capturas de mensajes privados, que entrega dicha tarjeta a Pablo Iglesias. Él la guarda hasta enero de 2017 -un año después-, cuando dice a Dina Bousselham que él la ha tenido en su poder todo el tiempo que ella ha estado buscándola. Y se la da, pero dañada. Dina Bousselham se dirige a una empresa para recuperar el contenido de la tarjeta que Iglesias le ha entregado, sí; pero deteriorada. Meses después el comisario Villarejo es detenido en la Operación Tándem, encontrándose en los registros un disco duro y dos pen drive con el material privado de la tarjeta de Bousselham. Iglesias se persona como perjudicado en la Audiencia Nacional en la pieza que investiga el hallazgo del teléfono, con la teoría de que la siempre recurrente policía patriótica lo urdió todo para desprestigiar a Iglesias; hasta que el juez García Castellón afirma que el ocultamiento de Iglesias, durante meses, de la tarjeta del móvil de su exempleada, es «incompatible con la dimensión» de «injerencia política» que Iglesias pretende, y en junio le retira la condición de perjudicado.

Esto es, someramente, lo que ha contado Vicente Vallés. Uno puede estar más o menos de acuerdo, a favor o en contra; pero es un relato que, en cualquier caso, coincide con la narración judicial. Entonces llega Pablo Echenique, para aclararnos en un tuit que «En realidad lo que le pasa a Vicente Vallés es simple y es lo mismo que le ocurre a toda la derecha y la ultraderecha: le produce sarpullido que las cloacas no consiguieran su objetivo y Unidas Podemos esté en el gobierno. Está en su derecho, pero que no lo llamen ‘informativos’». O sea: que Vicente Vallés, para Echenique, es tan derecha, ultraderecha y cloaca como el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón, porque están diciendo lo mismo. Y claro, los periodistas que aún conservan su nervio de dignidad salen en defensa de Vicente Vallés, que ha sido condenado y crucificado en la red por limitarse a esbozar una cronología de los hechos. Hace tres días, entonces, le preguntan en su rueda de prensa como vicepresidente segundo a Pablo Iglesias por los ataques que ha recibido Vicente Vallés. Pablo Iglesias, que es un lince en la vanguardia democrática, va y suelta que hay que «naturalizar el insulto». Y entonces ya se arma la definitiva, porque los demás comisarios políticos tuiteros que aspiran a engrasar la verborrea rampante de Echenique argumentan que Iglesias no han dicho eso, que los titulares han manipulado lo que dijo.

Entonces vuelve Echenique en pleno acelerón de su comisariado para explicarnos lo que ya habíamos visto y escuchado de boca de Pablo Iglesias, en un tuit impagable, el 8 de julio, porque ya se sabe que como ciudadanos necesitamos que nos interpreten lo que ya hemos oído. Dice el tuit: «Aquí lo que dijo Pablo Iglesias EXACTAMENTE. Para concluir de estas palabras que Pablo está justificando el insulto a periodistas hace falta (1) tener serios problemas de comprensión del castellano o (2) tener ánimo de manipular e intoxicar. O las dos cosas». Lo bueno es que después viene el vídeo, en el que -¡con subtítulos!- se nos vuelve a poner la declaración de Iglesias. Y esto es lo que dice, en ese mismo vídeo: «Hay que naturalizar que en una democracia avanzada, cualquiera que tenga presencia pública o cualquiera que tenga responsabilidad en una empresa de comunicación o en la política, lógicamente están sometidos tanto a la crítica como al insulto en las redes». A ver, Echenique. Serios problemas de comprensión del castellano o ánimo de manipular e intoxicar, o ambas cosas, pareces tenerlos tú. Porque si ponemos entre paréntesis el complemento circunstancial de lugar o de ámbito, que sería «en una democracia avanzada, etc.», claro que dice Iglesias que «hay que naturalizar el insulto».

Un día de estos Echenique, siguiendo sus palabras, aprenderá lectura comprensiva o se limpiará el ánimo.

* Escritor