El Pleno del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles celebró el pasado 3 de septiembre el acto de constitución y toma de posesión de sus nuevos vocales, un proceso que sirvió para renovar la confianza del sector en Javier Martín Fernández, que ostenta la presidencia desde el 2013.

«Se abre una nueva etapa en el Consejo tras una candidatura única que es reflejo de la unión del sector, donde se han dejado a un lado los individualismos y todos tienen por objetivo que los vinos de Montilla-Moriles sigan siendo los mejores del mundo», destacó el recién reelegido presidente del Consejo Regulador, quien señaló que el objetivo para los próximos cuatro años es trabajar para que el sector «continúe tras la pandemia», detener el arranque de viñedo y la internacionalización de mercados.

Por su parte, la delegada de Agricultura, Araceli Cabello, destacó el importante papel del Consejo Regulador en la promoción de la calidad de los vinos.

«Nuestro objetivo es apoyar todas las propuestas que surgen del Consejo Regulador, además de estar en el día a día del agricultor con medidas de apoyo al sector, medidas de sanidad vegetal o asesoramiento de las oficinas comarcales agrarias, y seguir apostando por la innovación y la creatividad de cara a los nuevos tiempos y retos extraordinarios que han surgido con la pandemia», subrayó Cabello.

Nuevos retos que, como señaló el alcalde de Montilla, Rafael Llamas, también ofrecen «nuevas oportunidades para la comarca».

Así, Rafael Llamas se mostró convencido de que las decisiones de este plenario afectarán al desarrollo de toda la Campiña Sur cordobesa, «donde hay localidades muy vinculadas al mundo del vino». «Son muchos los retos que hay por delante que, si bien se agravan por el covid, ofrecen nuevas oportunidades que permitirán dotar a nuestros vinos de un valor añadido que se quede en nuestro territorio», defendió.