Casado sigue sin quitarse la corbata, pero ayer se cubrió por un momento el traje de político para realizar, en una escuela taller de Las Palmas, algo de soldadura, aunque no del centro-derecha que cree que ya está soldándose y solo necesita un pulido. Casado se puso la bata y la careta para estañar una pieza en un centro de formación técnico-profesional del metal antes de reprochar a Sánchez que mantenga un «silencio cómplice» con quienes hacen actos violentos en campaña.