Un total de 3.540 kilómetros, dos contrarrelojes, nueve etapas para velocistas, cinco de media montaña y otras cinco de alta montaña. Pero ninguna cámara, ni siquiera el aliento de los hinchas en la cuneta. Ese es el particular Tour que han vivido 13 mujeres que, un día antes que los hombres, completaron cada una de las etapas de la ronda francesa para reivindicar una edición femenina de la competición.

La iniciativa nació del club Omnisport de Courcouronnes Cyclisme Fémenin (Coccf) y se plasmó en el proyecto ‘Donnons des elles au vélo J-1” (Darles a ellas una bicicleta J-1) con el que pretenden promover el ciclismo femenino y conseguir una cobertura mediática a la altura de la de los hombres. Por eso montaron sus propias bicicletas, hincharon las ruedas y se buscaron su propio alojamiento mientras reivindicaron que «las mujeres también pueden correr el Tour». Algo que ya han demostrado pues, han sufrido más que los hombres por culminar la carrera.

El conjunto de mujeres que realizó esta particular competición estuvo formado por once francesas, una ucraniana y la española Anna Barrero. Todas forman parte del mismo equipo, patrocinado por Skoda Uk, y, pese ser amateurs y trabajar ocho horas diarias en sus respectivos trabajos, vivieron la experiencia como profesionales. Se entrenaron como nadie, completaron todas las etapas con normalidad y llegaron a la meta final. Eso sí, no tuvieron las mismas comodidades que los hombres.»Ellos llegan y tienen un masajista o dos cada uno, les llevan en volandas al hotel. Y nosotras es llegar, descargar la bici y ponerla en el camion para prepararlo todo», explicó Anna.

El Tour ya organizó una prueba femenina entre 1995 y 2009 que murió por falta de apoyos.