El Mallorca, rival del Córdoba esta tarde a las 18.00 horas en Son Moix, tomó una decisión algo atípica en el pasado mercado veraniego. Lo normal en un equipo que sube a Segunda División es que revolucione su plantilla y firme a varios jugadores con experiencia y prestigio en la categoría de plata. Aunque acometió 10 fichajes, el equipo bermellón ha mantenido a la base de los jugadores que lograron el ascenso y su entrenador, Vicente Moreno, utiliza a estos futbolistas en la mayoría de sus alineaciones. Manuel Reina en la portería (hoy lesionado), Raíllo y Xisco Campos en defensa, Salva Sevilla y Ariday en el centro del campo y Lago Júnior en la delantera son solo algunos ejemplos de ese eje sobre el que pivota el Mallorca, y que pervive de la pasada campaña.

Precisamente Lago Júnior es el estandarte ofensivo del equipo mallorquinista. De sus botas han salido cuatro de los 14 goles anotados por el equipo de la isla mediterránea, y casi siempre partiendo desde la banda izquierda. El atacante costamarfileño, que llegó hace dos años al Mallorca, sale desde el costado zurdo pero cae con mucha asiduidad al área rival gracias a su velocidad y para aprovechar su potente pegada. Pero el que surte de balones a Júnior y a Abdon Prats no es otro que Salva Sevilla. Un veterano todocaminos del fútbol que estuvo a punto de firmar por el Córdoba en el verano del 2010 y que tras pasar por el Betis y el Espanyol recaló hace una temporada en el Mallorca, con el que tras un descenso y un ascenso, a los 34 años, sigue siendo el eje de la medular. Sevilla ha perdido velocidad y dinamismo pero ha ganado en criterio y en mesura, y desde el mediocentro surte de balones a los delanteros bermellones.

Su técnico, Vicente Moreno, mantiene la filosofía de buen juego combinada con verticalidad

El equipo de Vicente Moreno gusta de tener la pelota pero no trata de sobarla en exceso. Siempre que pueden abren el balón a las bandas y buscan con mucha verticalidad a sus puntas. Su sistema agradece la versatilidad de Lago Júnior, que con sus progresiones atacantes abre espacios en la defensa rival de los que se aprovechan sus compañeros. El Mallorca, en definitiva, es un rival correoso, que solo ha perdido un partido en casa y que, pese a acumular cuatro jornadas sin ganar, está asentado en Segunda y tiene la ambición de acabar arriba.