Así jugó River Plate el partido de vuelta de la Copa Libertadores disputada en el estadio Santiago Bernabéu frente a Boca Juniors.

Franco Armani (6): el portero de Santa Fé, elegido el mejor de América en 2018 según una encuesta de Conmebol, fue uno de los mejores de su equipo con varias paradas de mérito a disparos de Pablo Pérez y Villa.

Gonzalo Montiel (5): el joven lateral, que se ha ganado la confianza de Gallardo, no estuvo brillante en el Santiago Bernabéu. Dejó huecos por su banda derecha, en ataque apenas tuvo participación y en defensa sufrió mucho para contener a Pablo Pérez. Fue sustituido por Mayada a los 73 minutos.

Jonatan Maidana (3): el veterano defensor, imprescindible para Gallardo, no tuvo su mejor noche. A los nueve minutos despejó mal un balón que casi acaba en su portería, fallo en las coberturas a los delanteros rivales y fue superado por Benedetto en el gol de Boca. Cogió el brazalete de capitán que le dejó Ponzio al ser sustituido.

Javier Pinola (4): en la línea de su compañero Maidana, estuvo muy flojo en defensa. Fallo en la cobertura del pase de Nandez a Benedetto que supuso el gol de Boca. En los minutos finales, cuando hubo que defender con oficio, estuvo al nivel que se esperaba.

Milton Casco (6): de la línea defensiva fue el que mejor estuvo, aunque no hizo un partido para destacar. Se mostró correcto con el balón en los pies y no arriesgó en los pases. En ataque se prodigó poco aunque también fue de los que más insistió en que su equipo se fuera arriba cuando iban por detrás en el marcador.

Exequiel Palacios (5): fue de los pocos que intentó algo distinto en River y gran parte de la atención de la afición de su equipo, y también del Real Madrid, estuvo puesta en él. No estuvo a su mejor nivel ni fue el jugador desequilibrante que se esperaba. Ocasión perdida para reivindicarse en un partido de repercusión internacional.

Leonardo Ponzio (5): como capitán supo intentar calmar los ánimos de sus compañeros en los momentos críticos del partido, pero estuvo muy desacertado en general. Recibió una cartulina amarilla en el minuto 26 por falta a Benedetto. Fue sustituido a los 58 minutos por Juan Fernando Quintero.

Ignacio Fernández (7): centrocampista del gusto de Gallardo. Era la principal duda del once, pero su inclusión en el equipo titular fue un acierto. Tuvo dos ocasiones para marcar. Una con un remate que se fue alto y otra con un disparo desde fuera del área que se marchó cerca del palo derecho. Dio el pase de gol a Pratto.

Enzo Pérez (6): fijo para Gallardo en su once. Era de los pocos jugadores de la final que ya había jugado en el Santiago Bernabéu. Hizo un partido correcto, con pocos fallos en la circulación, pero su actuación fue discreta.

Gonzalo 'Pity' Martínez (6): habitualmente el jugador más desequilibrante de River y el futbolista que mayor peligro genera con el balón en los pies, pero en Madrid no estuvo a su nivel. Participó mucho del juego, en ataque se mostró con mucha movilidad, pero por más que lo intentó estuvo bien controlado por la defensa de Boca. Marcó el último gol, a puerta vacía.

Lucas Pratto (7): participó poco, pero cuando lo tuvo que hacer fue determinante. Probó a Andrada con un disparo de cabeza que paró el arquero y a los 67 minutos marcó el gol de River con un remate dentro del área a pase de Nacho Fernández.

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Juan Fernando Quintero (8): salió al césped en el minuto 58 en sustitución de Ponzio. Su presencia se notó en el césped porque dio al equipo esa dosis de oxígeno que necesitaba en los momentos clave y acabó siendo el héroe con el segundo gol en la prorroga.

Camilo Mayada (6): el internacional uruguayo sustituyó en el 73 a Montiel. Su misión tapar el hueco que estaba dejando su compañero por la banda. En defensa cumplió, pero en ataque se prodigó poco.

Julián Álvarez (6): a sus dieciocho años tuvo la oportunidad de jugar en el Santiago Bernabéu e incluso tuvo una ocasión para marcar con un disparo en la prorroga que se marchó fuera.

Bruno Zuculini (-): entró al césped a falta de nueve minutos para el final. Su única misión defender y dar consistencia al centro del campo.