En el recién publicado álbum Fantasía, Sebastián Yatra aparca a un lado el perreo para apostar por la balada. El cantante y compositor colombiano saltó a la fama en el 2016 con el hit reguetón Traicionera (quíntuple disco de platino en España), al que siguieron temas también muy bailados como Por perro y Ya no tiene novio. Pero la balada fue su primer amor, una esencia que no quiere perder. Meloso, sin embargo, no significa aburrido, como explica en esta entrevista.

-Con este disco quiere reivindicar la balada latina. ¿Lo veía como algo olvidado? ¿Relegado como poco relevante?

-Estaba un poco olvidado y en este último año, o año y medio, ha vuelto a coger fuerza. Ojalá este disco sirva como inspiración a otros artistas, y les anime a creer en las baladas y en esas canciones que hablan del amor como algo que puede durar para siempre.

-¿Creció usted con el baladismo?

-Es mi esencia. Yo crecí escuchando baladas. En mi casa sonaban todo el tiempo Álex Ubago, Luis Miguel, las baladas de Enrique Iglesias, las de Juanes… Los jóvenes igual ya no escuchan tantas baladas porque no las tienen a mano, pero gustarles, les gustan. No hay nadie más es la canción con más visitas en mi canal de YouTube, y solo es guitarra y voz.

-Todo el disco es bastante minimalista a nivel instrumental. ¿Siempre lo tuvo claro o en algún momento le pareció arriesgado?

-Al principio me pareció un riesgo, pero pensaba un poco y lo veía como la decisión más acertada de mi carrera. Era la oportunidad de irme al otro bando. Aunque en mi proyecto me encanta jugar entre las dos líneas.

-¿La línea del reguetón y la de la balada?

-Sí, eso es. Yo no reniego del reguetón. He hecho canciones como Ya no tiene novio, Por perro, o Traicionera, que son puro perreo, y ahora estoy haciendo baladas. Eso es bacano. Le doy a la gente canciones a las que agarrarse en diferentes momentos de la vida.

-Voy a ponerle en un aprieto. Si tuviera que elegir bando, ¿con cuál se quedaría?

-Me identifico más con la balada, pero no quiero dejar de lado el otro bando. Los seres humanos tenemos muchas capas y pasamos por momentos diferentes. Hay momentos para canciones como las de Fantasía, de querer llorar, reflexionar, y hay momentos para canciones de fiesta, pasarla buena y reírse.

-La balada es un concepto antiguo, pero la producción del álbum es muy actual.

-Yo hablo de baladas, pero es como una reinvención. Son canciones dinámicas. Desde el principio tratamos de enganchar a la gente con una intro de guitarra, piano o voz que le dé ganas de seguir escuchando. A medida que el tema avanza, llegan nuevos elementos, nuevas partes, diferentes instrumentaciones… Las dinámicas de los segundos versos son muy fraseadas; eso antes no era muy común en las baladas. Eso introduce un toque urbano. Hay una canción como Vuelve, al lado de Beret, que al final tiene un tempo como más de trap, aunque sea solo piano. Y En guerra puede tener un beat, pero sigue siendo balada.

-Los sonidos y texturas pueden recordar al Justin Bieber de ‘Purpose’, dicho como un cumplido.

-Muchas gracias. Yo creo que las baladas no tienen por qué ser aburridas. A mucha gente le dices balada y automáticamente piensa «música aburrida, en la que no pasa nada». Y al contrario, este disco te mantiene alerta. Cristina es una canción muy rara; es una balada, pero las guitarras van a mil por hora. Un año es un midtempo divertido, en plan singalong. En el último estribillo de Falta amor entra una banda de rock casi tipo U2. Cada canción debía tener un factor sorpresa.

-‘Fantasía’ reivindica, a la vez que la balada, el amor en sí mismo, en un momento en que parece un concepto relativizado.

-Las protagonistas de Fantasía son las letras, son las palabras. La música y las melodías las acompañan, pero mi meta principal es llevar un mensaje. Que la gente sienta lo que es el amor y se pueda identificar, y lo mire siempre como algo bonito, incluso cuando trato el desamor. En una reseña decían que Fantasía tiene la capacidad de hacer que la tristeza se sienta como felicidad. Y es verdad. Uno las escucha y llora y recuerda cosas, pero al mismo tiempo disfruta.

-Porque está sintiendo algo.

-Sería mucho peor no sentirlo. Hay una frase de Falta amor que dice: «Prefiero yo morir de amor, a que el amor me falte».