Con las últimas imágenes rescatadas de la guerra civil española que captaron con sus cámaras los fotógrafos Robert Capa, Gerda Taro y David Seymur (Shim) se inauguró ayer en la sala Vimcorsa la décimo quinta Bienal de Fotografía de Córdoba, que en esta ocasión está dedicada a los conflictos bélicos y con la que se quiere reivindicar el poder de las imágenes y resucitar su capacidad para influir, transformar y crear conciencia. Bajo el título La maleta mexicana --como se denominó a las tres cajas en las que permanecieron guardados y desaparecidos, durante siete décadas, los negativos de entre 3.000 y 4.000 fotografías que estos fotógrafos tomaron, fundamentalmente, durante la guerra civil española desde julio de 1936 a la primavera de 1939--, la exposición muestra una selección de hojas de contactos, negativos y algunos artículos de prensa relacionados con estas imágenes, que en la muestra siguen un orden cronológico, según explicó ayer durante la presentación la comisaria de la exposición, Cynthia Young.

«La primera parte de la guerra estuvo cubierta, principalmente, por Shim, y desde 1937 en adelante, por Capa», señaló Young, que añadió que en esta exposición se pueden ver imágenes tan representativas como la de la mujer que amamanta a su hijo durante una asamblea para la reforma agraria, quizá la más «icónica» junto a la mítica de Capa del El miliciano, que «no estaba en La maleta mexicana, por lo que tampoco figura en esta muestra».

Además de las fotografías que captaron Capa y Taro en Córdoba, en la exposición también se pueden ver imágenes del conflicto bélico en otras ciudades como Barcelona, Bilbao, Teruel y algunas localidades del País Vasco. «El principal valor de esta exposición es el reconocimiento de estos tres fotógrafos, que eran extranjeros en España e inmigrantes en París, donde vivían después de recorrer países europeos impregnados de antisemitismo», reconoció la comisaria, que explicó que «ellos creían que con sus fotografías podrían ayudar en la lucha contra el fascismo en España», porque, reconoció Young, «ellos no eran reporteros objetivos», ya que «eran partidarios del bando republicano» y «estaban haciendo propaganda, intentando fotografiar todo aquello que para ellos era importante enseñar» y, al mismo tiempo, «buscaban una historia con fuerza para las revistas».

«Por ejemplo, en Madrid, Shim captó imágenes de cómo los soldados hacían un inventario de obras de arte en el monasterio de las Descalzas Reales en un intento de salvar este patrimonio, lo que era muy importante para dejar constancia de que eran los republicanos los que trataban de proteger el arte y la cultura», continuó la comisaria, que también habló de lo que significó el trabajo de estos tres fotógrafos en la evolución de la fotografía de guerra. «Fue un momento de gran cambio dentro de esta disciplina» porque ya había cámaras pequeñas frente a las de caja con trípode, «y se podía captar la acción, situarse en el frente», continuó Young, que aseguró que «nadie hasta entonces había hecho lo que ellos hicieron, era algo que no existía», por lo que el hallazgo de La maleta mexicana también «nos ayuda a comprender cómo captaron esas imágenes», que, gracias a esta exposición que ahora llega a Córdoba, se pueden ver en todo el mundo, lo que está provocando, incluso, «investigaciones» por parte de muchas personas, algunas de ellas «porque reconocen a familiares en esas fotografías». Por su parte, la alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio, que acudió a la inauguración de esta exposición, señaló que el hilo conductor de esta Bienal «hace regresar a Córdoba a Robert Capa» y, en un comienzo de siglo en el que de nuevo los conflictos «locales y globales» siguen desgarrando el Planeta, «el tema elegido podría servir como homenaje y muestra de agradecimiento a quienes no han dudado en arriesgar, incluso, sus vidas para hacernos llegar las imágenes que nos permitan saber lo que está pasando en esos lugares», recordando que solo en la guerra de Irak murieron 23 fotógrafos. «Sin reporteros de guerra, equipos televisivos y fotógrafos, permaneceríamos en la ignorancia,» continuó Ambrosio, que finalizó animando a los ciudadanos a visitar las 14 exposiciones de las que se compone esta cita, además de numerosas actividades complementarias.

Por su parte, la presidenta de Vimcorsa, Alba Doblas, manifestó que es un «doble honor» acoger en la sala esta exposición, ya que a la «magnífica» obra de Robert Capa se une el hecho de que «se inaugura días después de que «el Parlamento andaluz aprobara una ley para la memoria, la justicia y la reparación, a las que estas fotografías contribuyen de manera esencial».

Antes de la inauguración de esta muestra, los organizadores y algunos de los autores participantes en la Bienal visitaron otra de las exposiciones de la cita con la imagen, concretamente la que cuelga en el Teatro Cómico Principal, titulada Historia gráfica de la guerra civil en Córdoba. Colección Juan Manuel Fernández Delgado , que muestra imágenes de cómo se vivió --en ambos bandos y en Córdoba y provincia-- la contienda más importante que afectó al país durante el siglo XX. El material que aporta esta muestra conforma una de las colecciones más importantes de cuantas se conservan y constituye un acervo trascendente y fidedigno para Córdoba. A partir de hoy, y hasta finales de mayo, se abren el resto de exposiciones que abarca la Bienal de Fotografía, entre ellas Imágenes del mundo y epitafios de guerra en la colección Michael Zapke, en la Casa Góngora.