La plaza de Las Tendillas acogió ayer la presentación de la escultura del Gran Capitán tras su restauración. Multitud de ciudadanos que pasaban por el corazón urbano de la ciudad asistieron a la inauguración del monumento, ocultado desde octubre tras el andamiaje necesario para su intervención. Tras dos meses de trabajo, la figura del Gran Capitán reluce en Las Tendillas a la espera de las fiestas que se aproximan. En una pantalla se fueron exhibiendo las diversas fases de la intervención, así como el aspecto anterior y posterior a la restauración. Según Aguilar, "supone para toda Córdoba una gran satisfacción el ver que la estatua del Gran Capitán, situada en las Tendillas, ha sido rehabilitada. Ya podemos disfrutarla con toda intensidad. La ciudad llevaba años esperando que este momento llegara". La alcaldesa también notificó que se culminaría el trabajo "extraordinario de las tres restauradoras en el momento en que se instale ultrasonido" que ahuyenta a las palomas para evitar que su excremento deteriore de nuevo el monumento. Aguilar también aprovechó la ocasión para desmentir una tradicional leyenda de Córdoba. Según la alcaldesa, "la cabeza del Gran Capitán no pertenece a Lagartijo sino a un organista que había en San Nicolás".

Esta escultura de Mateo Inurria Lainosa fue inaugurada en el año 1923 y situada en un primer momento en el cruce de las avenidas de Gran Capitán y los Tejares. En el año 1927 fue trasladada a su actual ubicación. Dado el deterioro del monumento, el Plan de Excelencia Turística comenzó una actuación para la protección de la estatua más emblemática de la ciudad.

La escultura, que no se restauraba desde su inauguración, presentaba una importante suciedad superficial no adherida, restos de excrementos de animales, oxidación, pátina en zonas puntuales, numerosas grietas y en la zona de la cabeza una capa biogénica. En cuanto al pedestal, suciedad superficial en la piedra, grietas, restos de rebabas de cemento en las juntas, falta de soporte en la piedra y en las cartelas laterales, costras negras y capa biogénica.

FASES DE INTERVENCION El equipo de restauradores que ha llevado a cabo la intervención, --integrada por María del Mar Sauceda Polo y Marina Blanco Bermejo, con Ascensión Blanco Sánchez a la cabeza-- comenzó a trabajar el pasado mes de octubre, sometiendo la escultura a diversas fases de restauración. En primer lugar realizaron una limpieza superficial de la piedra y el bronce para, posteriormente, llevar a cabo la eliminación del óxido y el carbonato de cobre. El equipo prosiguió su actuación con la eliminación de las costras negras y la capa biogénica que presentaba el monumento. También se han consolidado y rellenado las grietas que ponían en peligro la conservación de la escultura. Por último, se ha llevado a cabo la aplicación de una capa de protección hidrofugante y antigrafiti. Según declaró Ascensión Blanco durante la inauguración del monumento, "se ha devuelto la pátina que había perdido por culpa del ácido de las palomas. En el pedestal se ha pulido todo el granito y se han reintegrado todas las letras que faltaban. También se ha llevado a cabo la limpieza de algunas pintadas".

El coste de la restauración, que ha ascendido a un total de 27.106 euros, ha sido financiada en su totalidad por el Plan de Excelencia Turística de Córdoba.