Propósito de enmienda en los Grammy. Un año después de que los grandes premios de la música estadounidense recibieran palos desde todos los flancos por la escasa presencia de artistas femeninas entre los premiados, un aparente agravio que se agudizó cuando el presidente de la Academia de Grabación respondió a las críticas diciendo que «las mujeres tienen que ponerse las pilas», el péndulo ha oscilado completamente. En una gala conducida por Alicia Keys y dedicada a homenajear a ilustres divas como Dolly Parton, Diana Ross y la fallecida Aretha Franklin, las mujeres coparon el protagonismo sobre el escenario y se fueron a casa con las manos llenas. Kacey Musgraves, Dua Lipa o Cardi B conquistaron algunos de los grandes premios de la noche. Solo les hizo sombra el rapero Childish Gambino, uno de los grandes ausentes de la ceremonia.

Que esta iba a ser una gala distinta a la del año pasado, quedó patente desde el primer minuto, cuando la sensualidad de la cubana Camila Cabello irrumpió en la pantalla para abrir la noche ritmo de Havana. «¿Quién manda en el mundo?», preguntó Keys poco después para presentar a cuatro mujeres que conjuntamente casi doblan en seguidores de Twitter a Donald Trump.

El mejor álbum del año fue para Musgraves, una estrella del country con un sonido popero que se llevó los cuatro Grammy a los que aspiraba. «Estoy rodeada de álbumes gigantes… Es una locura haber ganado, pero estoy muy agradecida. Esto no me hace mejor que a los demás», dijo la tejana de 30 años, con la que pocos contaban en las quinielas. Su disco, Golden Hour dejó nuevamente sin el premio gordo a raperos como Drake, Kendrick Lamar o Post Malone, confirmando la histórica racanería de la Academia de Grabación hacia los poetas sucios de la calle estadounidense. En un gesto de protesta hacia esa recurrente sequía, Lamar y Gambino ni siquiera asistieron a la ceremonia. Tampoco estuvo por desavenencias con la organización Ariana Grande, galardonada por el mejor álbum de pop vocal.

Drake explicó esa desconexión entre el hip-hop y los Grammy al recoger su gramófono a la mejor canción de rap (God’s Plan). Les dijo a sus compañeros de género que no necesitan ganar nada para sentirse apreciados, el reconocimiento viene de aquellos que cantan sus canciones, van a sus conciertos y los encumbran en la calle. «No necesitáis esto», clamó desde el escenario. Pero lo cierto es que no fue una mala noche para el hip-hop. Gambino, seudónimo que esconde al rapero y actor Donald Glover, se llevó dos de los cuatro grandes premios de la noche, mejor canción y disco de la noche, además de mejor vídeo y actuación de rap, por This is America, un gráfico balazo en la conciencia del país. Cardi B fue la primera mujer en conquistar el mejor álbum de rap por Invasion of Privacy. El otro dulce exquisito de la noche, el que distingue al artista novel, fue para la británica Dua Lipa, que comenzó su carrera colgando versiones en Youtube cuando tenía 14 años.