La guerra ha sido una constante en la historia de la humanidad, su representación también una constante en la historia del arte y los creadores no sólo se han fijado en lo épico, sino que a veces han mostrado a las víctimas civiles, como recoge la nueva exposición de la Fundación Picasso de Málaga. Cuando se cumplen ochenta años de la creación del Guernica, la institución con sede en la Casa Natal de Picasso lanza un alegato contra la guerra en la actividad central del trigésimo Octubre Picassiano, la serie de actos con los que conmemora cada año el nacimiento del artista.

«El Guernica no fue la primera obra que denunció los daños colaterales de los conflictos bélicos, porque la representación de escenas bélicas es habitual desde las cuevas rupestres, pero lo novedoso es ver no lo glorioso y lo épico, sino los efectos devastadores para las víctimas inocentes», ha afirmado José María Luna, director de la Fundación y comisario de la exposición. El primer autor presente es el francés Jacques Callot (1592-1635), con dieciocho grabados de su serie Miserias y desgracias de la guerra en los que plasmó la invasión de su región natal de la Lorena por las tropas francesas durante la Guerra de los Treinta Años. Son escenas de pillaje, violaciones, robos o ajusticiamientos en la horca que han sido cedidos para la exposición por el coleccionista Javier Gómez.

Pero el grueso de la muestra son los ochenta grabados de Los desastres de la guerra de Goya, procedentes de su Casa Natal en Fuendetodos, que inicia así una colaboración con su homóloga de Picasso que tendrá continuidad en el futuro, según ha avanzado Luna. El artista aragonés, fundamentalmente mediante la técnica del aguafuerte aunque también con el aguatinta, reflejó pasajes como ahorcamientos o descuartizamientos en el contexto de la Guerra de la Independencia. Picasso también está presente con su serie de grabados Sueño y mentira de Franco, que creó en el mismo año que el Guernica, 1937, y donde aparecen figuras que también estarían en la obra sobre el bombardeo de la ciudad vasca.

Del artista malagueño también están el Minotauro ciego guiado por una niña, cuyo protagonista recuerda al toro del Guernica, y para aportar una luz de esperanza entre tanta escena bélica, algunas palomas picassianas de la paz. En esta selección también se ha optado por exhibir obras del guipuzcoano Jorge Oteiza, el cántabro Javier Arce y el madrileño José Manuel Ballester.