El director gaditano Alexis Morante estrena esta semana su documental Camarón: Flamenco y revolución, en el que eleva una mirada íntima al genio del cante José Monje, Camarón de la Isla, un artista «a la altura de mitos» como Jim Morrison, Elvis Presley, Jimmy Hendrix o Ammy Winehouse. «Pero a todos estos se los comió el éxito, se los comió la droga, se autodestruyeron. A él no le pasó esto. Sí pasó por momentos bajos, pero a él se lo llevó la enfermedad», el cáncer de pulmón, explicó el director en una entrevista con Efe.

La diferencia, señala Morante, se ve en el tercer acto del documental: «Él tenía muchas ganas de vivir, él no quiere irse. Lo dramático y la tristeza es que se lo llevó una enfermedad». Experto narrador de vidas de cantantes famosos, como Enrique Bunbury, Macaco o Alejandro Sanz, protagonista de su último documental Sanz: Lo que fui es lo que soy, Morante reconoce a Efe que hacer la película le provocó «el vértigo» de qué podría aportar, «con todo lo que se ha dicho de Camarón y a los 25 años de su muerte».

Así, el enfoque nuevo fue «agarrarnos a la emoción» y contar su vida y la construcción del mito. Para ello, agregó, se impuso la regla de no hacer nuevas entrevistas, «que nadie hablase desde el presente porque ya está dicho todo», y una narración diferente: «Quería fuera a alguien que hablase como si hubiera estado allí, desde el conocimiento, como la voz de la experiencia».

Y esa voz es la del actor Juan Diego, que cuenta a Efe cómo realizó su trabajo: «Morcillas no metí, lo que hay son expresiones que me salían, como la letra de un cante».

Ganador de tres premios Goya, de nueve veces nominado, el actor sevillano acompaña al director junto al guitarrista José Fernández Torres Tomatito en la promoción de la cinta, que se estrena hoy en España.

«Es que me gusta mucho el flamenco, es mi cultura, los conozco; soy compai de Morente (Enrique) y padrino de Estrellita (su hija Estrella) y todo lo que tiene que ver con el flamenco es parte mía», explica el actor, quien reconoce que «se emocionó mucho» cuando leyó el guion.

«Muestra a la gente lo que hay detrás de una figura de ese calibre, el ser humano, con un respeto y una sensibilidad exquisita, potente. Un legado que tenemos que cuidar y respetar y no hacer sangre con estas leyendas que han aportado tanto a la cultura nuestra», reivindica Juan Diego.

En ese punto, Tomatito asegura que Camarón «era un hombre encantador, buena persona, buen aficionado y uno de los pocos que, siendo flamenco hasta el hueso, escuchaba otro tipo de música. Y nos enseñaba a nosotros, que éramos un poco más jóvenes. Su aportación al flamenco iba unida a sus ganas de aprender y al no hacerle daño a nadie».

«A una persona así hay que sacarle lo bueno, que todo el mundo tenemos nuestras cosas», aporta Tomatito, que rechaza «el ensañarse, y hacer sangre y sangre (con Camarón). Debemos enseñarle a la gente lo bueno, y que copien eso», resume.