Al objeto de recuperar y conservar aquellas variedades de uvas locales y autóctonas, el centro del Ifapa de Cabra está trabajando con otros 15 centros de investigación de toda España en un proyecto denominado Minorvin, que tiene como objetivo poner en valor la biodiversidad existente en 51 variedades de uva de vinificación minoritarias de todas las regiones recuperadas en toda la geografía española y evaluar su potencial sobre la mitigación de los efectos del cambio climático en la viticultura.

Pilar Ramírez, técnica coordinadora especialista del Ifapa Cabra, señala que para ello se realizan prospecciones en zonas donde hay estas variedades que los viticultores cultivan de forma tradicional y en muchos casos ancestral, para poder estudiar sus marcadores moleculares, denominados microsatélites, que se realizan en el Ifapa Rancho de la Merced de Jerez de la Frontera (Cádiz), para conocer si la variedad es autóctona o local.

La diferencia de la variedad local con la autóctona, apuntaba Ramírez, estriba en que la primera es una variedad que ya existe y se cultiva de forma muy minoritaria en una zona determinada, mientras que la segunda, es aquella que se origina en un suelo y clima determinado.

En el caso del centro egabrense, se investiga la variedad Rejano tinta, que existe en 20 cepas centenarias de la localidad granadina de Caniles, «siendo este el quinto año en el que la vinificamos y en los que hemos realizado estudios en campo, para luego, si el sector está interesado, inscribirla en el registro de variedades comerciales a nivel nacional y después confeccionar un informe para que se autorice su cultivo en Andalucía y se propague en viveros de forma más mayoritaria», explicaba Ramírez.

De Los Pedroches

A este proyecto, añadía, se ha incorporado este año un viticultor de la comarca de Los Pedroches con una variedad blanca y otra tinta, para lo que ahora le han realizado las pruebas preliminares de microsatélites, para determinar si pudieran ser autóctonas. Precisamente de ese proyecto en colaboración con el Grupo de Desarrollo Rural del Altiplano de Granada, Ramírez junto a Juan Manuel León, técnico del Ifapa Cabra, han elaborado un informe sobre la variedad Blanca Gordal, cultivada en esa zona y que, con la participación de viticultores y bodegueros, busca la recuperación, conservación y puesta en valor de esa variedad local como seña de identidad del sector vitivinícola de esa comarca.

Un proyecto muy apasionante, añadía, ya que les permite entrar en contacto con viticultores de muchas zonas, algunas de ellas que en su día fueron vitícolas y ya no lo son, por la pérdida de muchos viñedos en las últimas décadas, lo que ha hecho que se pierda material genético con el arranque de viñas muy antiguas. Dicho material genético se intenta conservar y recuperar en el Banco de Germoplasma de Vid, que en el caso andaluz, el Ifapa tiene en su centro de Jerez de la Frontera.

La recuperación de las uvas locales y autóctonas permite no solo preservar la diversidad, sino también dar singularidad a los vinos que se elaboran en cada zona. Un proyecto el Minorvin que el Ifapa Cabra complementa con su participación en otro denominado Innova-clima, que les permite desarrollar ciertas técnicas de cultivo para mitigar los efectos del cambio climático tanto en la viña como en el olivar.

Dos proyectos estos que junto a otros que se vienen realizando ahora en tiempos de vendimia, realzan aún más al sector.