Como si de un episodio cíclico se tratara, la temporada de lluvias, particularmente los primeros días del otoño y el tramo final del invierno, siembra una gran incertidumbre entre los residentes y propietarios de las explotaciones situadas en ambas márgenes del río Zagrilla, máxime cuando en los últimos años se han producido importantes inundaciones en varios tramos de este cauce fluvial del término municipal de Priego.

Pese a las advertencias dirigidas a la Administración local, que como se ha puesto de manifiesto por el propio Consistorio cumplió con su cometido limpiando los zonas aledañas a los puentes, los poco más de 70 litros por metro cuadrado que, según Aemet, descargaron en Priego desde las 00:00 a las 12:00 horas del viernes 1 de febrero, volvieron a provocar importantes daños en varias de las viviendas aledañas al río Zagrilla y ubicadas en el paraje conocido como Llano de las Monjas, donde junto a los destrozos en los jardines y huertas, el barro cubrió por completo piscinas, entrando en las propias viviendas o en las estancias donde se ubican las depuradoras, alcanzando el agua y lodo en algunos casos un metro de altura. Daños que se suman a los que se han venido registrando en los últimos años y que, en algunos casos, han supuesto un importante desembolso económico para los propietarios de la zona.

Esta nueva inundación, junto a la desesperación e indignación de los vecinos y propietarios, que, como reconocían, ya no saben qué hacer, ha vuelto a poner sobre la mesa la necesidad de acometer el proyecto de restauración ambiental y ecológica del río Zagrilla, actuación recogida en el Plan de Gestión del Riesgo de Inundaciones (2016-2021), aprobado por el Gobierno de España mediante Real Decreto el 15 de enero del 2016.

Una intervención cuyo proyecto se redactaba hace más de diez años y que, por aquel entonces, se encontraba contemplada en el proyecto promovido por la Agencia Andaluza del Agua y enmarcado dentro de la Estrategia Nacional de Restauración de Ríos y Riberas, cuyo presupuesto alcanzaba los 1,8 millones de euros. La actuación afectaba a nueve kilómetros del cauce y, en síntesis, contemplaba la recuperación del estado natural del río, la regeneración de su cauce y el fomento de su uso turístico y recreativo. El proyecto, cuyo inicio estaba previsto para su ejecución en el año 2010, contando incluso con el informe favorable desde el 13 de mayo del 2011, se paralizó por completo al cambiar las competencias de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir al Gobierno central.

Ocho años después, en enero del 2016, la actuación se retomaba mediante Real Decreto, que por el momento carece de asignación presupuestaria, como así han indicado distintas formaciones políticas, para las que su inclusión en los próximos Presupuestos Generales del Estado ha de ser una prioridad.