La alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio, visitó ayer la barriada del Parque Figueroa y se entrevistó con representantes vecinales, que volvieron a pedirle una solución urgente para acabar con la caída de árboles de las zonas privadas de uso público y el peligro que esto conlleva. Paco Muñoz, de la asociación vecinal del Parque Figueroa, recordó ayer, como hizo en el pasado pleno, que esta zona de Córdoba ha pasado «de ser una huerta a ser un jardín, y de un jardín a un bosque peligroso», porque muchos árboles, sobre todo pinos, de gran porte y muy cercanos a las viviendas están a punto de caerse. La alcaldesa les prometió ayer firmar un convenio para que la Delegación de Parques y Jardines pueda actuar de manera urgente en estas zonas privadas de uso público. De forma paralela, el Ayuntamiento seguirá trabajando con los vecinos (también de otras zonas con este problema como el Santuario) para acordar un marco de colaboración que permita cuidar estos espacios, cuyo mantenimiento depende actualmente de los vecinos exclusivamente.

La alcaldesa también abordó con los representantes vecinales el retraso de la apertura de la piscina cubierta del Parque Figueroa, que dijo que estará abierta y con una programación establecida a finales de año o principios del próximo. Isabel Ambrosio les explicó que el Instituto Municipal de Deportes de Córdoba (Imdeco) sigue trabajando con la Diputación, propietaria del equipamiento, para hacerse cargo de la gestión (en el pleno de la institución provincial de marzo se desbloqueó por fin este asunto). Hay que recordar que la futura piscina dará servicio no solo al vecindario, sino que se dedicará a deportistas con discapacidad de toda la provincia. Para lo que no hubo buenas noticias fue para el antiguo cine Almirante, que continuará, al menos de momento, cerrado.