El pleno de mayo --que ha vuelto a ser telemático aunque ha contado con la presencia en el salón de plenos de más portavoces que el anterior-- se ha prolongado hasta las 20.20 horas del jueves 14, por lo que ha durado aproximadamente 8 horas y media, batiendo casi el récord ostentado por una sesión plenaria en el mandato de Rafael Merino que terminó al filo de la medianoche.

Del computo total, al menos cinco horas (a partir del receso del almuerzo) han sido empleadas para hacer una causa general a la gestión del covid-19 con doble vara de medir o doble perspectiva, según se mire. Por un lado, PP, Cs y Vox han arremetiedo contra las decisiones y medidas adoptadas por el Gobierno central de PSOE y Unidas Podemos y han pedido comprensión y lealtad para su propia gestión, y por otro, PSOE, IU y Podemos han denunciado la falta de planificación y los escasos resultados del gobierno municipal de PP y Cs en su diligencias para combatir la crisis en Córdoba, saliendo en defensa de lo que están haciendo sus compañeros en Madrid. Especialmente críticos volvieron a ser con la gestión en Servicios Sociales y con la falta de participación de la oposición en el plan de choque que elabora el equipo de gobierno.

La política de bloques, salpicada de acusaciones de deslealtad mutua, ha impedido que los partidos llegaran a acuerdos (excepto los concernientes a la renta mínima y al superávit), pero ha permitido un intercambio de opiniones tan diametralmente opuesto que a veces daba la sensación de que hablaban de ciudades y países distintos. «Está resultando ser un día largo y triste en el que vemos que ni en estas circunstancias nos ponemos de acuerdo», ha resumido la concejala de Participación, Eva Contador (PP).