El astillero de Izar de Sevilla puso ayer a flote el transbordador El Djazair, construido en la factoría sevillana para la empresa argelina ENTMV, un buque con capacidad para 1.300 pasajeros, mientras el comité de empresa exigió más carga de trabajo, ya que éste es el último de los pedidos de esta fábrica.

El presidente del comité de empresa, Ignacio Sánchez, antes del acto de botadura dijo a los periodistas que en estos momentos la principal reivindicación y la más urgente de los trabajadores es "la contratación de buques porque no podemos dejar la factoría vacía", ya que tan sólo quedan entre ocho y diez meses de trabajo más.

Al acto acudieron el presidente de Izar, Juan Pedro Gómez, el presidente director general de ENTMV, Bouideme Cheriet, y el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, entre otros responsables municipales y sindicales.

Sánchez, quien con anterioridad al acto se entrevistó con el presidente de Izar, le planteó la necesidad de que el astillero sevillano reciba carga de trabajo, y lamentó las declaraciones del presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), Enrique Martínez, sobre la necesidad de establecer ajustes "importantes" en los astilleros. Martínez afirmó el jueves que el grupo de astilleros Izar necesitará un "ajuste importante" que garantice la viabilidad de la empresa, aunque consideró prematuro anunciar medidas concretas.

El buque puesto a flote ayer, que recibió el simbólico botellazo que marca el inicio de su recorrido desde el astillero hasta el río Guadalquivir, es el segundo de los dos contratados por la empresa argelina en Izar de Sevilla, después de que el primero de ellos, el Tassili II, fue botado el pasado 27 de octubre. Su equipo de carga permite albergar 300 coches o 42 camiones repartidos en dos garajes.