La popular imagen de la Virgen de los Dolores estuvo ayer expuesta a la veneración de los fieles en besamanos. Con este acto, de carácter extraordinario, la hermandad celebra el 300 aniversario de la hechura de la venerada imagen, obra del escultor Juan Prieto. Durante la jornada cientos de personas se postraron ante las plantas de la Señora de Córdoba, que lució en el presbiterio de la iglesia de San Jacinto escoltada por dos centros de rosas blancas y vistiendo saya roja y el manto negro bordado por las madres Adoratrices de la ciudad, conocido como el de los dragones. Sobre sus sienes, la corona de Rafael Peidró realizada en 1940 y remozada para la coronación canónica acaecida en 1965. Mientras que el pecho lo lució cubierto con su característico joyel, un conjunto ofrendado a la Dolorosa a lo largo de los siglos. La Virgen de los Dolores solo es expuesta en besamanos cada cinco años o, como ayer, de manera extraordinaria. Si bien, no habrá que esperar mucho para volverla a ver en besamanos, ya que el próximo año se cumplirán cinco años desde la última vez que la Virgen de los Dolores fue expuesta en besamanos ordinario.