El auge del ciclismo aficionado tiene una siniestra contrapartida: cada vez es más frecuente que se produzcan graves accidentes, con resultado de muerte o lesiones incapacitantes, entre el colectivo de los aficionados al pedaleo.

Los ciclistas, los más frágiles sobre la calzada

Y es que no es ningún secreto que, en caso de accidente entre un vehículo a motor y una bicicleta, es el ciclista el que tiene todas las papeletas para llevarse la peor parte.

Sin descartar que algunos accidentes estén provocados por ciclistas imprudentes o que no respetan las normas de circulación, lo cierto es que la mayoría de los siniestros en los que se ven implicados son provocados por conductores de vehículos motorizados.

Un paquete de medidas para reducir los siniestros en los que están implicados los ciclistas

De hecho, las estadísticas desfavorables de siniestrabilidad han hecho que la DGT se ponga manos a la obra para reducirla mediante un paquete de medidas.

Una de las más efectivas ha sido el establecimiento obligatorio de una distancia mínima de metro y medio a la hora de que un vehículo a motor adelante a un ciclista o grupo de ciclistas.

Como complemento, la DGT ha decidido implantar en ciertas carreteras los denominados arcenes asimétricos.

¿En qué consisten los arcenes asimétricos de la DGT?

Este tipo de arcenes se instalarán en carreteras con cuyas pendientes sean acusadas o se prolonguen durante distancias largas.

En el carril ascendente se instalará un arcén notablemente más ancho que el del carril descendente.

¿Y cómo esta medida puede favorecer la seguridad de los ciclistas? Según la DGT, al ascender por una pendiente, el ciclista reduce drásticamente su velocidad, en muchas ocasiones equiparándose a la de una persona andando.

Y, cuando un ciclista circula a una velocidad muy reducida, tiende a dar bandazos y a caracolear. Esta tendencia, unida a la baja velocidad, aumenta notablemente la probabilidad de que sea golpeado por alcance por un vehículo que circule a alta velocidad.

Con estos arcenes se reduce la probabilidad de que los ciclistas invadan, involuntariamente y de improviso, el carril correspondiente. De hecho, las previsiones de la DGT apuntan a que los arcenes asimétricos reducirán la siniestrabilidad en esas vías hasta en un 60 %.