El delegado de Agricultura recalca que las subvenciones han contribuido a consolidar el sector agrario y ganadero, pero también han asentado a la población en las zonas rurales. En este sentido, el secretario general de Asaja Córdoba, Rafael Navas, asegura que el mantenimiento de las ayudas agrarias hasta el 2020 es "fundamental" para competir con terceros países que tienen menores costes laborales o normativas menos exigentes a nivel ambiental. "Si se quiere mantener una agricultura competitiva, hay que mantener las ayudas agrarias", afirma Navas, que considera que se debe optar por una agricultura profesional y competitiva.

Por su parte, el secretario provincial de COAG, Francisco Garrido, asegura que, junto a la regulación de los mercados, se debe impulsar una redistribución de las primas. "Lo que ha fallado es la equidad en las ayudas, porque muy pocos perceptores se llevan la mayoría de ayudas", indica. El representante de COAG rechaza que se mantenga el desacoplamiento de las subvenciones e insta a que se tenga en cuenta la generación de empleo, la producción y la trazabilidad para garantizar la calidad alimentaria. Por otro lado, el secretario provincial de UPA, José Luis Gutiérrez, estima que las ayudas agrarias deben ser una prioridad del Gobierno. "Hay que mantenerlas y pensar en una redistribución de las subvenciones", precisa. Gutiérrez critica que la asignación ha sido "muy desigual" y ha provocado que "algunos vivan muy bien de las ayudas". El responsable de UPA en Córdoba señala que las subvenciones deben mantenerse para garantizar la viabilidad de muchas explotaciones que, de no disponer de ellas, desaparecerían. "Si desaparecen las explotaciones autóctonas, habrá que recurrir a producciones de otros lugares en los que será más difícil garantizar la calidad y seguridad alimentaria", indica.