El anuncio de que las ayudas agrarias de la Unión Europea se ampliarán del año 2013 al horizonte del 2020, tras aprobar el Parlamento Europeo (PE) un dictamen en el que pide el mantenimiento de los fondos comunitarios "como mínimo en el nivel actual", ha sido bien recibido por el sector productor cordobés. Sin embargo, considera que se debe hacer correcciones para evitar los desajustes del mercado que han provocado grandes diferencias entre lo que recibe un agricultor y lo que paga el consumidor o que el productor, ante la caída de las cotizaciones, esté trabajando por debajo del umbral de la rentabilidad en algunos subsectores.

Solo hay que tener en cuenta la gran importancia que tiene para la producción final agraria la aportación de las subvenciones procedentes de la Política Agraria Común (PAC), ya que significan un tercio de la producción final agraria. Y es que Córdoba es la tercera provincia andaluza que recibe más fondos. En los últimos cinco años han llegado 1.710 millones de euros. Por eso, cualquier medida es observada con especial sensibilidad por los más de 46.300 beneficiarios que hay en Córdoba.

Las organizaciones agrarias de la provincia resaltan la contribución que ha tenido para el sector agrícola y ganadero las importantes ayudas, aunque reconocen que se deben adoptar medidas correctoras que contribuyan a eliminar los desajustes que ha provocado la PAC en los mercados. El delegado de Agricultura, Francisco Zurera, también es de esa opinión. "Es importante que se mantengan las ayudas más allá del 2013, pero también que se adopten medidas de regulación de mercado y que se recojan excepciones en las normas de competencia para la producción agraria", indica el representante de la Junta de Andalucía.

Precisamente, el último índice de precios en origen y destino de los alimentos que elabora la organización agraria COAG mostraba en el mes de junio que el consumidor paga cuatro veces más de lo que recibe el agricultor. El problema, como reconocen las mismas organizaciones agrarias, es que los precios de referencia fijados por la PAC en productos como el aceite de oliva se decidieron hace años y no han tenido en cuenta el incremento del IPC, que ha subido desde la campaña 1997/1998 un 37,4% y los costes de producción y bienes de inversión un 31,3%. Sin embargo, el agricultor está obteniendo unos precios que se sitúan un 1,59% por debajo de lo que cobraba en aquella campaña.