El primer domingo de mayo, día tres, tiene lugar la celebración del día de la madre y yo desde este pulpito personal de mis artículos de opinión que tanto agradezco: o Lo quiero dedicar a todas esas madres, de todo el mundo, que viven su maternal vocación con mucho sacrificio, pero con: alegría, generosidad, entereza, firmeza y fidelidad. o Lo quiero dedicar a todas esas madres que tienen que compatibilizar el trabajo maternal, con el del hogar y con el del trabajo profesional; y todo con miles de esfuerzos, pero con inmenso cariño. o Lo quiero dedicar a todas esas madres que no tienen medios materiales para sacar adelante a su familia y sufren al ver que a sus hijos les falta: un alimento adecuado, un colegio adecuado, una vivienda adecuada. Pero aunque sufren y mucho, también, y mucho, son un ejemplo: de pobreza evangélica, de sobriedad, de saber prescindir de todo para dar, dar y dar, de todo a sus hijos y a la sociedad. o Lo quiero dedicar a todas esas madres a las que la vida les ha deparado el enfrentarse solas a la maternidad, sin la compañía, ni la ayuda de un conjugue, y a veces tan siquiera de sus padres. Es una prueba difícil pero Dios protege la austera soledad de sus caminos y el cariñoso amor de sus pisadas. o Lo quiero dedicar a todas esas madres, que enloquecidas por la presión de un mundo diabólico: abortan, matan en el seno materno a sus hijos. Pido en oración para que Dios les descubra el camino del arrepentimiento y puedan vivir en paz, dando un ejemplo posterior de generosidad y amor a la vida y a sus propios futuros hijos. o Lo quiero dedicar a todas esas madres, que abortan pero no se arrepienten. Pido para que Jesús desde la cruz les siga ablandando su corazón, dándole los dones suficientes para cambiar sus vidas. o Lo quiero dedicar al personal sanitario que practica los abortos, ellos son los que aniquilan dentro del vientre de la mujer tan preciado tesoro; deseo que Dios les dé la luz suficiente para que descubran la maldad de sus obras y rectifiquen dirigiendo de nuevo sus acciones hacia la vida. o Lo quiero dedicar a todas esas madres en potencia, que quieren pero no pueden ser madres. Ellas han de aceptar esa dolorosa situación sabiendo que Dios, que es el origen de la vida, premiara benévolamente sus amorosas pretensiones. o Lo quiero dedicar a todas las mujeres del mundo que aman la vida, y, que siendo o no madres, dedican todos sus esfuerzos en la defensa y protección de la vida; poniendo especial atención a los más necesitados y a los más débiles de este mundo nuestro, tan azotado terriblemente por la crueldad. o Lo quiero dedicar a todas las madres, que cada día tienen que ver, con desgarro, atónitas y con el corazón terriblemente dolorido, cómo delante o cerca de ellas: mueren o sufren sus hijos; por la enfermedad, por el hambre, por la guerra, por los atentados y por las diversas adversidades de este mundo nuestro tan ferozmente contradictorio y tantas veces dañino. o Lo quiero dedicar a todas aquellas mujeres que siendo madres no son buenas madres y que desatienden a sus hijos dejándolos vivir al azar con lo que les ocasionan la grave posibilidad de que se conviertan en delincuentes o en drogadictos o en escoria de la sociedad o en analfabetos y marginados. Pido a nuestra Madre la virgen María por todas estas mujeres para que puedan reaccionar y convertirse en buenas madres cien por cien. o Lo quiero dedicar a: esos millones de madres que tienen muchos hijos y se desvelan con cariño por todos ellos; a esos millones de madres que tienen hijos con enfermedades crónicas y que se dedican a ellos en cuerpo y alma haciendo de su vida: un continuo sacrificio, un holocausto de amor, una ofrenda pura. o Los quiero dedicar a esas madres enfermas, que se olvidan de su enfermedad para entregarse de lleno a la educación y a la crianza de sus hijos. Son auténticas heroínas que ofrecen sus vidas para dar vida. o Lo quiero dedicar a todos los seres humanos del mundo, todos son hijos de una madre. Para que todos sepan valorar el papel fundamentalismo de la maternidad y lo excepcionalmente grandioso que es el don de la vida. o Lo quiero dedicar a todas las autoridades para que siempre defiendan la vida, defiendan la maternidad, defiendan a la mujer en ese difícil pero esperanzador trance de continuar a través de los hijos la especie humana. o Lo quiero dedicar especialmente a mi madre: Micaela, madre de siete hijos, que con tanto cariño y amor nos amó mientras vivió en la tierra y que ahora nos protege, nos guía y nos da fuerza y esperanza desde el Cielo. o Lo quiero dedicar a mi esposa y madre de mis tres hijos: Julia, por sus desvelos para con ellos y por su austera dedicación, colmada de amor y cariño.