MOVILIZACIONES

El PP refuerza su estrategia en la calle tras el pacto PSOE-Bildu en Pamplona y se prepara para enero

En Génova avanzan que la movilización contra Sánchez, la amnistía y sus acuerdos "no decaerá" a pesar de los meses de frío. Feijóo estará este domingo en la capital navarra

En el PP entendían que las fechas de las Navidades son "complicadas" pero confirman que "no hay cansancio" en la sociedad y que las protestas se reactivarán con el nuevo año

Alberto Núñez Feijóo, en un acto del PP en Toledo.

Alberto Núñez Feijóo, en un acto del PP en Toledo. / EFE

Paloma Esteban

La última gran manifestación que organizó el PP fue la de Madrid a principios de diciembre. Coincidió con el fin de semana en el que se produjo la primera reunión de PSOE y Junts en Ginebra con el mediador elegido, el salvadoreño Francisco Galindo Vélez. Los populares pusieron a prueba una vez más su capacidad de movilización tras dos meses muy activos en la calle. Y encontraron respuesta. Aunque la circunstancia era particular, en Génova aseguraban que si no hubiera ocurrido la cita en Suiza “habría otros motivos” de malestar con el Gobierno. “Cada semana pasa algo. Está garantizado”, aseguraban. 

La batalla contra la ley de amnistía y todo lo que rodea los pactos de Pedro Sánchez con los independentistas (las encuestas publicadas confirman una fuerte contestación, incluso entre los votantes del PSOE) se seguirá librando en la calle, según decían entonces y confirman ahora fuentes de la cúpula popular. Las Navidades, eso sí, obligaban a dar “un respiro” por ser fechas complicadas para pedirle a la sociedad que renuncie a días de fiesta o reencuentros para manifestarse. 

Y, sin embargo, este domingo Alberto Núñez Feijóo estará en Pamplona apoyando a Unión del Pueblo Navarra (UPN), tras el pacto entre PSOE y EH Bildu para arrebatarles la alcaldía. “No estaba previsto, pero no nos queda otra reacción posible. A cada tropelía o abuso de este Gobierno vamos a reaccionar”, avanzan desde la dirección nacional, reconociendo que es una estrategia de oposición con la que hace meses no podían ni contar. 

Lo de Pamplona, coinciden distintos dirigentes, abre “otro escenario”, una línea que hasta ahora los socialistas no habían traspasado. El líder del PP habló del “pacto más miserable” que ha firmado nunca Sánchez. Más allá de los adjetivos, hay muchos cargos populares que sí ven consolidada a la izquierda abertzale como socio del PSOE, al mismo nivel que el PNV, con esta decisión.

El pacto para expulsar de la alcaldía de Pamplona a UPN (partido hegemónico de centro derecha en Navarra con el que el PP no fue capaz de reconducir sus coaliciones electorales, hasta el punto de que los dos diputados más conocidos, Sergio Sayas y Carlos García Adanero, han acabado integrados del todo en las siglas populares) ha reforzado, aseguran en el equipo de Feijóo, la estrategia de mantener viva la movilización en las calles.

Si en algún momento hubo planteamientos internos de hasta qué punto debían “tomarse un descanso” o tener en cuenta el posible agotamiento de la gente, especialmente ahora que vienen los meses de frío, en el PP se muestran convencidos de que mantendrán un alto grado de convocatoria. Y avisan que enero puede ser ya el primer momento, en cuanto se reanude la actividad política tras el parón navideño.

Se da la circunstancia de que es un mes inhábil en el Congreso, por lo que la acción institucional decaerá necesariamente. Y si sigue habiendo noticias, insisten, ahora que está por ver la fecha del encuentro que podrían tener Pedro Sánchez y Carles Puigdemont, “la respuesta llegará de inmediato”.

El trabajo de campo que está haciendo el PP en sus autonomías y provincias, ahora que tienen desplegado un amplio poder regional y municipal, confirma, dicen en la cúpula, “que la sociedad no se ha desmotivado, ni cansado” de las protestas. “La gente no traga con todo esto. Y nos siguen pidiendo responder. La Navidad es lo que es y no se puede estar convocando. Pero no percibimos cansancio, todo lo contrario”, afirman, confirmando que su hoja de ruta no cambiará. Menos aún viendo que, también contra todo pronóstico, ven arrebatada esa bandera a Vox, su líder por la derecha y cuya fortaleza hasta el momento había sido la movilización. En los últimos meses la extrema derecha quedó retratada como el único partido que alentaba las protestas en la sede del PSOE en Ferraz, a pesar de que muchos participantes portaron cada noche símbolos preconstitucionales y se enfrentaron duramente a las fuerzas de seguridad.

Como publicó este diario, en los planes de Feijóo nunca estuvo convertirse en un líder de masas ni apostar por una oposición a caballo entre lo institucional y la protesta. Hasta el punto de que durante muchos años el líder gallego no defendió esa posición tan activa de su partido. En Génova lo reconocen y aseguran que ha sido el nuevo escenario político el que ha obligado a reconvertirse al expresidente de la Xunta. Y en ese mismo marco señalan también las novedades en los nuevos equipos y en la estructura del partido que, esta vez, sí ha sorprendido a todas las sensibilidades que se ven integradas.

En el plano institucional, los populares mantienen abiertas varias vías. La tramitación de la ley de amnistía comenzó el martes pasado con la toma en consideración. Ahora llegan el resto de pasos, incluidas las enmiendas a la totalidad y parciales en comisión, y la vuelta a las Cámaras, especialmente al Senado, donde el PP utilizará su mayoría absoluta para dilatar al máximo los plazos. También está por ver cómo echan a andar las comisiones que pretenden investigar los supuestos casos de ‘lawfare’ en España en torno al independentismo.

Un asunto que ha levantado en armas a la judicatura y que también mantiene los ojos abiertos de la Unión Europea, la otra gran baza en la que el PP sigue confiando. Hay dirigentes que reconocen haber elevado las expectativas, pero en la cúpula conservadora siguen defendiendo que las instituciones comunitarias “no permitirán pasos atrás en el Estado de derecho”, y que más allá de la labor de oposición, lo realmente importante son los pronunciamientos de asociaciones de jueces y otros funcionarios que han elevado ya sus quejas. 

En la última comparecencia conjunta de Sánchez como presidente de turno del Consejo de la UE con los presidentes de la Comisión y el Consejo Europeo, Ursula von der Leyen y Charles Michel respectivamente, el socialista recibió tibias muestras de apoyo en plena embestida del PP. Los dirigentes comunitarios valoraron la presidencia española, pero utilizaron palabras muy genéricas para evitar dar un apoyo concreto.