La sintonía que el PP ha hallado en el PSOE y Ciudadanos para aprobar algunas medidas como la devolución de las cláusulas suelo y la creación de un defensor del ahorrador parece que se va a dar en otra área en la que tradicionalmente no está bien visto el gasto: el presupuesto del Ministerio de Defensa.

La titular de este departamento, María Dolores de Cospedal, considera que es hora de que los españoles superen ese complejo y asuman que hacer frente a «los riesgos y amenazas» del siglo XXI tiene un coste y se debe trasladar de forma «realista» a las cuentas públicas.

En este sentido, Cospedal aspira a que, en los próximos diez años, el gasto en Defensa pueda llegar a superar el 2% del PIB, sobre todo después de los ajustes por la crisis del 2008, un propósito que comparten los socialistas y el partido naranja, según fuentes gubernamentales.

De hecho, los países de la OTAN -una organización pendiente de saber si la Administración de Trump tomará decisiones unilaterales que alteren su estructura- se comprometieron en la cumbre de Cardiff de hace tres años a acabar con los recortes e invertir el 2% antes del 2024. El presupuesto español de Defensa llegó a caer al 0,6% del PIB en el 2014 y en estos momentos ronda el 0,9%.

Cuentas más transparentes

En todo caso, el Gobierno confía en que en ese cómputo la Alianza le permita incluir las inversiones que España hace, como en la lucha contra el tráfico de seres humanos, ya que «se pueden considerar como dinero dedicado a seguridad y defensa», apuntan fuentes del Ejecutivo.

Este año las cuentas del ministerio pasarán de 6.000 millones de euros a casi 8.000, lo que supone un alza del 33%. Ese porcentaje de crecimiento se debe a que, por primera vez, y después de que el Tribunal Constitucional lo haya declarado ilegal, el Gobierno no intentará aparentar que gasta menos en Defensa. Estos años atrás el Ejecutivo de Mariano Rajoy separaba la factura de los Programas Especiales de Armamento y pedía créditos extraordinarios por decreto ley para atender las deudas con la industria militar.

Ahora, tras el toque de atención del Tribunal Constitucional, esa factura se incluye en el Presupuesto normal y es la principal razón del elevado aumento. La hipoteca global de esos programas, que se pusieron en marcha en época de bonanza, vence en el 2030 y asciende a casi 30.000 millones.

Esta corrección para incluir la deuda del armamento ha sido aplaudida tanto por el PSOE como por Ciudadanos.