"El fuego nos hizo peligrosos, el chisme nos ayudó a cooperar, la agricultura despertó nuestra avidez, la mitología instauró la ley y el orden, el dinero supuso alguna cosa en la que todos podían confiar, las contradicciones crearon la cultura, la ciencia nos hizo los amos de la creación. Pero nada de esto nos ha hecho felices". Así reza la contraportada de Sapiens. Una breve historia de la humanidad , uno de los libros de moda, del hebreo Yuval Noah.

Es uno de los libros que ha devorado Jordi Pujol estos meses. Tras escribir la confesión (ayer se cumplió un año de que la hiciera pública) y trazar su estrategia de defensa, se refugió en la reflexión. Hombre de mil caras habituado a crear personajes con enorme capacidad empática (el patriota, el banquero, el creyente pecador, el político, el humanista...) ha sabido o ha tenido que interpretar otra: el arrepentido.

En su comparecencia en el Parlamento catalán dijo que por duras que fueran las críticas de los partidos, no lo serían tanto como el juicio severo que él hace sobre sí mismo. Lo cierto es que minutos después, bajo la piel de cordero se destapó la bestia que acabó dando lecciones de ética a los diputados.

Jordi Pujol ha creado un búnker particular en la portería de su piso en la avenida del General Mitre de la capital catalana, en el que ha recibido a historiadores, periodistas y viejos amigos que no le han abandonado. Otros han marcado distancias. Ha mostrado su desolación, pero ha seguido haciendo lo de siempre: tejer contactos, empaparse de información y procesarla.

Recientemente, un amigo le ha cedido un despacho más digno en el Ensanche de Barcelona. No es como el despacho institucional de expresidente en el paseo de Gràcia, pero mucho mejor que ese zulo de su finca. Pujol lee, evita a la mayoría de periodistas y espera que el tiempo apacigüe la profunda decepción que ha generado en su entorno político más cercano.

Tanto su primogénito, Jordi, como su benjamín, Oleguer, ambos dedicados directamente al mundo de los negocios, siguen en ello. Fuentes cercanas a la familia aseguran que lejos de haberse visto perjudicados por las imputaciones, la "persecución política" sufrida no ha afectado a sus negocios. Al contrario. Pero la actitud político-empresarial de Jordi es ya objeto de severas críticas en el entorno convergente. En privado.

En cambio, en CDC hablan de Oleguer como el mejor formado y el más inteligente. Creció profesionalmente en la City londinense, allí ha aprendido a gestionar fondos millonarios. A diferencia de la arrogancia que mostró su padre, en su comparecencia en el Parlamento catalán evitó el choque. Imputado por blanqueo y fraude fiscal, defendió la legalidad de su trabajo mediante una auditoría de Deloitte. "He huido de toda vinculación con Cataluña o con la Generalitat", afirmó en una entrevista en El País en enero. "La persecución de mis apellidos es clara", remató. Esta última es la tesis general de la familia y de parte de CDC.

Oriol es el único que se dedicaba a la política hasta que el caso ITV , en el que está imputado por cohecho y falsedad documental, por haber cobrado a cambio de influir en operaciones empresariales, lo quitó de la escena pública. De delfín de Artur Mas ha pasado, al parecer, a trabajar de comercial para una empresa de frascos de cristal. Espera el juicio.

La defensa del clan evita dar detalles, por lo que cabe suponer que Marta Pujol, arquitecta, sigue trabajando en su despacho. En la Cámara catalana se constató que ocupaba plaza de funcionario técnico superior de ingeniería en el Ayuntamiento de Sant Vicenç de Montalt (Barcelona) sin haber superado un proceso de selección. La fiscalía lo investiga. "Se han sacado las cosas de lugar, cuando el ayuntamiento estaba haciendo las consultas pertinentes de cómo regularizar la situación", adujo.

Josep, Mireia...

Josep, impulsor de la consultora Europraxis, adquirida por Indra, fue destinado a Miami el pasado año. Y Pere, también imputado, director general de la empresa Entorn SA, pretendía la discreción pero su nombre aparece en las contrataciones de Barcelona Regional. Fue un encargo de 36.000 euros. El primero de cuatro trabajos. El Ayuntamiento de Barcelona ha abierto una investigación. La que ha evitado los focos es Mireia Pujol, que también regularizó dinero de Andorra. Bailarina y fisioterapeuta, calló en el Parlamento catalán tras romper el carnet de CDC el año pasado.

Lo mismo que su madre, "Cataluña no se merece esto", espetó Marta Ferrusola por aquello de que atacar a los Pujol es atacar al país. Desde entonces sigue muda, cuando es quien más sabe y más influye. Tanto como su marido. O más.