Las estrictas exigencias de protocolo del presidente de Irán, Mohamed Jatami, se relajaron ayer en la última jornada de su estancia en España. Finalizada la parte oficial de su viaje, Jatami realizó una visita privada a Granada. Por espacio de una hora, el presidente iraní recorrió la Alhambra y, siempre sonriente, conversó con algunos turistas que se le acercaron, incluidas dos jóvenes francesas, con las que se dejó fotografiar.

Jatami se mostró "encantado" con la belleza de la Alhambra y estuvo especialmente interesado por los elementos del monumento al arte persa. Durante el recorrido, el dirigente iraní leyó a los miembros de su séquito el poema en árabe clásico inscrito en las paredes de la torre de las Damas.

Tras esta visita a la ciudad andaluza, Jatami voló hasta Madrid desde donde, a primera hora de la tarde, tomó otro avión hacia Teherán. En esta cuarta y última jornada de su viaje oficial a España, y previamente a su visita a Granada, el presidente iraní desayunó con el presidente del Gobierno, José María Aznar, y posteriormente fue despedido por los Reyes en el palacio del Pardo.

El vicepresidente del Gobierno Mariano Rajoy se refirió ayer a la visita del presidente iraní y defendió que España mantenga unas relaciones "normales" con Irán a pesar de las discrepancias existentes --y que se han hecho evidentes en esta visita-- respecto a la política a seguir con Irak. "Tanto España como la UE tienen plena autonomía para defender la política exterior que estimen oportuno, como también hace Irán", subrayó Rajoy, que añadió que eso no impide que ambos países puedan "tender puentes, propiciar el diálogo y aumentar las relaciones comerciales".