Elecciones 23J

ERC suma otro revés en las urnas pese a adelantar a Junts y espera ser clave para Sánchez

La pérdida de seis actas, que ponen a ERC al mismo nivel que Junts, pero por detrás no solo del PSC, sino también de Sumar, suponen un duro revés

Rufián, sobre el resultado del 23J: "Podemos decantar la balanza"

Atlas

Xabi Barrena

"El problema es que la comparación es siempre con las ultimas elecciones, y en 2019 el resultado fue espectacular", razona una voz del partido en uno de los tiempos muertos del escrutinio. La sombra de 2019, que ya se cernió sobre los republicanos en las municipales, se corporizó de nuevo en la noche electoral de las generales. Y, quizá, que en 2019 se realizó una mala lectura en clave interna. Es decir, no se puso en cuarentena unos resultados que rompían con la tendencia -si al alza, pero no tanto,- de ERC en las contiendas anteriores.

La pérdida de seis actas, que ponen a ERC al mismo nivel que Junts (aunque los republicanos evitan el 'sorpasso' que sí se dio en las municipales), pero por detrás no solo del PSC, sino también de Sumar, suponen un duro revés para un partido que, para evitar que el voto útil anti-derecha se focalizara en el PSC ha dado por hecho el apoyo a Pedro Sánchez en una eventual investidura, si los guarismos cuadran. Las urnas dictan que la hemorragia hacia el PSC no se ha frenado y, por contra, aquellos que creían que los republicanos se entregaban con facilidad a los socialistas, se han visto reafirmados.

Eso sí, pese a todo, cualquier aritmética socialista que pretende aupar de nuevo a Sánchez deberá pasar por los republicanos. "En política no vales lo que tienes, sino lo que vale lo que tienes", dijo Gabriel Rufián a modo de trabalenguas y dejando claro que los siete escaños del 2023 pueden ser tan o más decisivos que los 13 de noviembre de 2019.

Reacción en caliente

A veces, las reacciones en caliente, por aquello de espontáneas, son las más destacables. Así, por ejemplo, en la primera intervención de ERC, a cargo de la portavoz Marta Vilalta, en lugar de mandar mensajes de cautela, prudencia y contención hasta que hubiera resultados de voto escrutado, se escuchó un ataque en toda regla a Pedro Sánchez. “Estamos ante una convocatoria que solo ha respondido a los intereses del presidente del Gobierno, que no ha dudado en poner en peligro los avances sociales logrados en esta legislatura por una simple cuestión electoralista”, dijo Vilalta.

Una pérdida de sintonía que, después, tanto Rufián como Oriol Junqueras, reiteraron. Ambos ofrecieron a Junts consensuar el precio de una eventual investidura de Sánchez. "Las fuerzas progresistas españolas deberán de afrontar un dilema: O Catalunya o Vox. Si quieren gobernar su país, deberán respetar el nuestro", señaló Rufián, que no es, precisamente, una de las voces más esencialistas de ERC.

"Ha habido muchos que han creído que la manera de contrarrestar a la derecha española era votar a la izquierda española", aseveró Junqueras a modo de explicación de ese voto útil que ha llenado las sacas del PSC. "Pero sin duda, la polarización de verdad se da entre España y Catalunya y vamos a poner todos nuestros recursos, que no son los de 2019, cierto, en defender Catalunya", sentenció.

Por todo ello, el presidente de ERC tendió "la mano a los otros independentistas que tampoco han mejorado resultados", es decir, Junts, "para defender conjuntamente el país". Eso sí, tanto Rufián como Junqueras recordaron el precio que ellos, por su parte, con el que parten a negociar con Junts: acabar con el déficit fiscal, el traspaso de Rodalies y la descongelaciónm de la mesa de diálogo.