Nueva tendencia

Sacar fotos entre lavanda o identificar estrellas: cuatro nichos del turismo rural

Los establecimientos ligados a este tipo de viajes, como la recogida de setas o el avistamiento de aves, diversifican la oferta turística de las zonas rurales

Turismo ornitológico en el Deslta del Ebro.

Turismo ornitológico en el Deslta del Ebro. / Joan Puig

Paula Blanco

Un pequeño pueblo emplazado en el entorno rural quizás no puede presumir de joyas arquitectónicas cercanas, ni de grandes espectáculos culturales, ni tampoco de noches efervescentes en pubs que no cierran la puerta de entrada hasta primera hora de la mañana, pero tiene a su alcance el mayor recurso del planeta: la naturaleza. Miles de turistas huyen cada año a hoteles rurales que les permiten olvidar durante un fin de semana sus obligaciones diarias. Es allí donde pueden aprovechar para abrazar los 'hobbys' más variopintos. Ahora es posible pagar por surcar kilométricas hileras de lavanda, madrugar para rastrear aves que solo se localizan en sitios muy particulares, pasar la noche bajo las estrellas identificándolas en compañía o recoger setas en un paraje de Soria que más tarde podrá degustar en una jornada gastronómica micológica. El turismo rural amplía su abanico de actividades para atraer visitantes durante todo el año y revalorizar los recursos de las comunidades locales.

Armados con prismáticos, cantimploras y bolsas llenas de bocadillos, cada vez más turistas nacionales y extranjeros se animan a buscar aves por toda España. Aunque la tendencia se ha vuelto más conocida en los últimos años, el turismo ornitológico se remonta varias décadas atrás. El auge empieza a ser patente en 2008, cuando aumenta el número de turistas extranjeros que reserva fines de semana o paquetes de 10 días en casas rurales para avistar especies determinadas. En ese momento, el perfil de turista era un hombre de 35 a 60 años, con poder adquisitivo y estudios medio-altos. Diez años más tarde, según las encuestas realizadas por SEO/Birdlife, hay un 15% más de mujeres interesadas, acuden familias enteras y también se interesan los jóvenes. En general, estos visitantes, más nacionales, buscan casas rurales de hasta 50 euros por persona y noche alejadas del entorno urbano. En España hay 598 Zonas de Especial Protección para las Aves, con cerca de 450 variedades migratorias y nómadas. Los más de 28 millones de turistas de naturaleza que vienen a practicar el 'birding' tienen puntos marcados en rojo en sus mapas: el Parque Nacional de Monfragüe (Cáceres), la Laguna de Gallocanta (Aragón) o el Parque Natural del Delta del Ebro (Tarragona), entre otros.

"La oferta se diseña en base a las aves que existan en la zona", explica Cristina Sánchez, responsable de turismo de SEO/BirdLife. Solo una pequeña parte de los visitantes focaliza sus vacaciones a buscar aves de montaña, como los quebrantahuesos, o aves de zonas esteparias, como las avutardas. El resto prefiere complementar su visita con otras actividades, como senderismo, rutas de cultura local o experiencias gastronómicas. De esta manera, el turismo "no solo beneficia al alojamiento, también a otros sectores". El furor de esta modalidad de ecoturismo ha llevado a muchos municipios a sumarse para sacar rendimiento sin tener en cuenta las características de estos visitantes. Sánchez señala que los horarios deben estar bien adaptados a las excursiones, con la cocina en funcionamiento prácticamente todo el día. "La mejor hora es desde que sale el sol hasta las 9-10 horas y por la tarde hasta dos horas antes de que se ponga el sol", especifica. Además, son clientes que se informan al detalle antes de emprender el viaje, pero que agradecen los folletos en papel que eviten quedarse sin cobertura en medio de un monte.

Lavandas para Instagram

Si hablamos de extensos campos de lavanda, muchos se transportarán mentalmente a la Provenza francesa, pero lo cierto es que también se puede disfrutar de su olor y color en España. De ellos, Brihuega se alza como principal destino lila del país. La floración de esta planta atrae a personas de todo el mundo a su Festival de la Lavanda, donde los turistas aprovechan para retratar los campos en sus visitas guiadas para su cuenta de Instagram. Este pequeño enclave de Guadalajara, conocido como el jardín de la Alcarria, compite con San Felices (Soria), Olite (Navarra) o Tiedra (Valladolid). "Cada año se duplica el número de personas", afirma Luz Ruiz, responsable del primer Centro de Interpretación de la Lavanda del país, situado en Tiedra.

Más de 3.000 personas reservan visitas guiadas por sus campos durante la floración en verano, pero Ruiz asegura que hay turistas todo el año. Esta empresa familiar empezó el cultivo de la lavanda hace 20 años, pero no fue hasta 2020 cuando iniciaron las visitas guiadas. Además de los paseos entre la lavanda, la compañía ha diversificado su oferta para complementar la experiencia de los turistas con productos naturales hechos con esta planta: jabones, artesanía... e incluso han instalado un 'food truck' para degustar platos hechos con lavanda. "Nos está funcionando y es algo que ayuda al municipio, que tiene menos de 300 habitantes", apunta.

Bajo las estrellas

Abrir la ventana y buscar las estrellas en el cielo es una tarea complicada si se vive en una ciudad. Por esta razón, cientos de personas prefieren reservar una noche en puntos de España con escasa contaminación lumínica y menor densidad poblacional, donde sí es posible alzar la vista y trazar con el dedo las constelaciones. "Las pernoctaciones han aumentado un 90% en el último año", cuantifica Antonia Varela, directora de la Fundación Starlight, la institución que certifica los espacios que poseen una excelente calidad de cielo y que representan un ejemplo de protección y conservación. En las zonas atlánticas, como las Islas Cíes, los turistas aumentaron hasta los 30.000, donde complementan su experiencia de astroturismo en el camping con otras. "Ofrecemos experiencias individualizadas por regiones", expone Varela, como la geología con cielo, vino que marida con las estrellas, navegación bajo las estrellas, gastronomía de los pueblos o experiencias inmersivas de sonidos de biodiversidad.

El astroturismo es el recurso que tienen los municipios rurales para revitalizar una economía que no puede beneficiarse de la arquitectura o de otras visitas turísticas. Tal y como ocurre con otras tendencias rurales, estas escapadas se pueden desestacionalizar y permiten que comarcas pequeñas ingresen hasta 3 millones de euros al año. "Empodera a la comunidad local y revaloriza otros recursos que tiene el territorio", señala Varela. La Fundación Starlight ha certificado 200 espacios por todo el mundo, el 70% en ámbito nacional, como la Comarca de Gúdar Javalambre (Teruel), Aras de los Olmos (Valencia) o el Parque Nacional del Teide (Tenerife). "España ha visto que es una oportunidad muy importante y lo está exportando a Latinoamérica, a India y a países de África, entre otros", agrega.

Recogida de setas

Muchos amantes de las escapadas rurales crecieron recogiendo setas en los bosques cercanos a sus hogares y ahora replican sus memorias en cortas estancias que no superan el fin de semana. Son los llamados turistas micológicos, normalmente nacionales, que viajan en otoño a parajes campestres para salir al monte y recolectar estos hongos. Soria es la meca de esta modalidad de escapadas, donde se celebra cada año la Semana de la Tapa Micológica durante la segunda mitad de noviembre, y compite con otros territorios del norte, como País Vasco, Asturias, Aragón o Cataluña, tal y como especifican desde el soriano Hotel Apolonia. Este establecimiento abrió sus puertas en 2013 y ofrecen "salidas al monte" y "experiencias gastronómicas", así como otras actividades que enriquezcan la visita de sus clientes.

En Castilla y León también destaca Rabanales de Aliste (Zamora), donde se encuentra el único centro de interpretación de especies micológicas, el Museo Micológico, donde además de ofrecer información sobre una correcta recolección de setas, promueve cursos de cocina aplicada a la micología, elaboración de mermeladas y conservación de estos hongos. Sarrión, en pleno corazón de la Comarca de Gúdar Javalambre (Teruel), es considerada la capital de la trufa negra por la celebración de la feria internacional de este hongo (Fitruf) y también atrae a turistas que prefieran encontrar 'oro negro' a las setas. Y en algunos puntos de España, la experiencia se ha profesionalizado hasta el punto de ofrecer la ruta completa, de la búsqueda a la su degustación. Es el caso del Valle de Yerri, en Navarra, donde existe una extensa red de alojamientos, visitas guiadas y rutas más allás de la trufa, como al Embalse de Alloz.