El consumo de las familias recibió un tajo del 12,6% desde el primer trimestre del 2008, coincidiendo con el nivel máximo anterior a la crisis, hasta el primer trimestre del 2013. Desde entonces, y hasta el inicio del 2015, el gasto de los hogares en bienes y servicios de consumo ha repuntado ya un 4,8% y, según los analistas del Banco de España, aún queda mucho consumo "embalsado" que augura larga vida al gasto privado como motor de la economía española. En el 2014, el fortalecimiento del gasto de los hogares recayó sobre los bienes duraderos y sobre los bienes y servicios no esenciales, que habían experimentado las mayores caídas durante la recesión. En concreto, las partidas que han registrado mayores aumentos han sido las de artículos de vestir y calzado, salud, transportes, comunicaciones y hoteles, cafés y restaurantes. Por el contrario, según el análisis del Banco de España en su boletín de septiembre, la recuperación ha sido menos intensa en los apartados de mobiliario, equipamiento del hogar y gastos de conservación de la vivienda, "lo que probablemente se explica por la debilidad de la inversión residencial". En la primera parte del 2015 se mantiene este patrón, como indican las matriculaciones de automóviles particulares, las pernoctaciones en hoteles de residentes o los componentes del indicador de actividad del sector servicios o de las ventas de grandes firmas relacionados con los servicios de consumo. No obstante, "el repunte de las compras observado hasta el momento" solo ha compensado "parcialmente" la demanda "embalsada" a lo largo de la crisis.