El riesgo de aplicar rutinariamente conceptos propios del estado de ánimo de las personas a la evolución de los mercados mundiales, sean de valores o de materias primas, aumenta estos días hasta alcanzar cotas de banalización del dolor. Japón vive jornadas dramáticas y de doble incertidumbre: por el destino final de millares de desaparecidos y por el riesgo de la catástrofe de sus centrales de energía nuclear.

La sombra de esta posibilidad quedó superada en la mayoría de comentarios, aunque era inevitable la frecuencia de dos términos muy humanos: el miedo y el pánico. Esta debía ser la razón por la que en algunos comentarios, sobre todo los que valoraban los mercados internacionales, se esforzaban en marcar la distinción: miedo es, decían, la reacción ante un peligro externo real. Pánico, un temor injustificado. La comparación más replicada en la red era esta: cuando vas a subir a un avión, tienes miedo de que pueda estrellarse. Cuando avisan de que te pongas el paracaídas porque se acaba el combustible, te entra el pánico. Es lo que vivió Japón.

Nadie iba a discutir si era lógico que el índice japonés Nikkei entrara ayer en picado, con una caída de más de 1.000 puntos, equivalente al 10,55% sobre el día anterior. El contagio del resto de bolsas asiáticas fue menor, y contenido. En Europa también hubo posiciones bajistas generalizadas, aunque contenidas al final de la sesión. En la bolsa española, las oscilaciones llegaron a abarcar los 300 puntos en el intradía, pero al cierre de la sesión el retroceso del Ibex era solo del 0,83%, mucho menos de lo que se temió. Los otros índices europeos, conjuntos o por países, también acusaron pérdidas de entre el 1% y el 3%.

Las oscilaciones, de más a menos según avanzaba la sesión, también fueron la nota dominante en Wall Street. En la apertura, las caídas superaban el 3% en los principales indicadores. A media sesión el retroceso se amortiguaba y el Dow Jones perdía el 1,7%. No obstante, la volatilidad era la nota dominante, no solo por las noticias de Japón, sino también por las procedentes del norte de Africa, como Libia, Bahréin e Irán.

De los grandes valores del selectivo, Repsol YPF cayó el 2,13%; Telefónica, el 1,65%; e Iberdrola, el 1,32%. Mientras tanto, el BBVA subió el 0,89%, y Santander, el 0,23%. Sacyr Vallehermoso era la cotizada que más bajaba, el 3,13%, seguido de Indra, el 3%; y Técnicas Reunidas, el 2,81%. En el lado de las ganancias destacaba Abengoa, con un alza del 6,87%, seguido de Acciona, que aumentó el 1,93%. El Banco Sabadell subió el 0,25%.