FC Barcelona

Las excavadoras se comen y destruyen el viejo Camp Nou

Obras de demolición del viejo Camp Nou.

Obras de demolición del viejo Camp Nou. / Valentí Enrich

El polvo domina a diario el viejo y ya derruido Camp Nou. No derruido por completo aún. Pero las excavadoras se están comiendo a bocados el templo del Barça. Un templo sentimental, que depositó millones y millones de emociones desde que se levantó en 1957. Ahora cada día que pasa queda menos de ese lugar casi sagrado donde millones de personas desfilaron durante varias generaciones para ver a su equipo del alma.

Limak, la empresa constructora turca, no tiene tiempo que perder si quiere cumplir los plazos fijados con la directiva de Joan Laporta, unos plazos que le obligan a entregar el 60% del nuevo Camp Nou en noviembre de 2024 coincidiendo con el 125 aniversario de la fundación del club.

Una imagen de las obras del Camp Nou.

Una imagen de las obras del Camp Nou. / Valentí Enrich

"Volveremos con más fuerza que nunca", dijo el presidente azulgrana al colocar la primera piedra del futuro estadio, poco antes de que las excavadoras se hicieran con el estadio, que vio su último acto con la despedida de Sergio Busquets, precisamente desde el centro del césped, el lugar donde había vivido 'Busi' durante 15 años.

A diario, vecinos y curiosos se detienen junto a las vallas exteriores del viejo Camp Nou para observar cómo las máquinas van devorando la tercera gradería, paso previo al inevitable movimiento de tierras imprescindible para levantar los muros de contención y abrir los pilares que deben construir el nuevo templo. Una tercera gradería que según la hoja de ruta fijada en las obras debería estar acabada dentro de dos años y medio. O sea, a finales de 2025.

Aspecto de las obras del viejo Camp Nou.

Aspecto de las obras del viejo Camp Nou. / Valentí Enrich

Pero cada pedazo de piedra que cae contiene montones y montones de recuerdos, que emparentan a los aficionados al partido de su vida. O, tal vez, a la jugada de vida. O quien sabe si a su jugador preferido de un Camp Nou que está siendo derruido, metáfora perfecta de la situación actual que vive el club.

Ahogado por la crisis económica, que limita todos sus movimientos, y pendiente de una remodelación en el área deportiva. Pendiente como anda Xavi de que Laporta y sus ejecutivos, con Mateu Alemany, el director de fútbol al frente, activen sus ‘máquinas’ para darle los recursos necesarios y completar una plantilla competitiva que no solo compita en España (ganó la Liga y la Supercopa) sino sea trascendente en Europa.

Caen las gradas del Camp Nou, tomado ahora por obreros contratados por Limak, que se enfrenta a su proyecto más grande jamás construido. Nunca antes la empresa turca había destruido y levantado un estadio con capacidad para 118.000 espectadores en menos de cuatro años. Caen las gradas y se destrozan los recuerdos. 

Derribo de la tercera gradería del Camp Nou.

Derribo de la tercera gradería del Camp Nou. / Valentí Enrich

Pendiente del último permiso

Una vez concedido por el Ayuntamiento de Barcelona el permiso de licencia de obras el pasado 8 de junio, es el momento de las excavadoras. Trabajan desde las ocho de la mañana hasta las 21 horas en ese derribo de la tercera gradería. A la espera, ahora, eso sí, de que Barça y Ayuntamiento de Barcelona "sigan avanzando", como dijo el club, en "la licencia de obras de remodelación del conjunto del estadio".

Se trata del último permiso necesario para la reforma del Camp Nou porque, además, "incluirá las modificaciones" que presentó en su momento la directiva a la licencia ya concedida en abril de 2022.