El golpe recibido por el Ciudad de Lucena este domingo, tras caer derrotado en la última jugada de la semifinal por el ascenso a Segunda RFEF por la AD Ceuta, aún se está asimilando y a buen seguro que vivirá diferentes capítulos en los próximos días. Se trataba de la segunda temporada consecutiva en la que los celestes afrontaban con ilusión la posibilidad del ascenso y, si bien en la 19-20 el fracaso no se veía como tal, dentro de un proyecto que encabezaban los hermanos Carrasco, en esta 20-21 sí que se veía claramente la posibilidad de llegar a la Segunda RFEF, entre otros motivos, porque tanto la semifinal como la final se debía disputar en el Ciudad de Lucena, con la afición celeste empujando con cerca de 2.000 seguidores en las gradas del estadio aracelitano. Sin embargo, el conjunto caballa dio al traste con las ilusiones lucentinas en la última jugada del encuentro del pasado domingo.

La primera reacción al golpe ha sido la del presidente del Ciudad de Lucena, Jorge Torres, quien en redes sociales reconoció este lunes que esa derrota significa «un palo muy duro», tanto, que no duda en calificarlo como «el palo más duro en la historia del fútbol en Lucena». El dirigente celeste afirma que «equivocarse no significa fracasar», sino que «fracasar es no haberlo intentando» y aboga por «trabajar y estudiar los posibles errores cometidos en una temporada muy difícil por la crisis del covid-19».

Uno de los jugadores más destacados del conjunto celeste, Mario Ruiz, también quiso mandar «ánimo a toda nuestra familia lucentina». El centrocampista del equipo aracelitano aseguró estar «orgulloso» de sus compañeros, directiva y cuerpo técnico, asegurando que todos se merecían «algo mejor» a lo ocurrido en ese dramático final de temporada para el Ciudad de Lucena. Finalmente, Mario Ruiz piropea a los aficionados celestes, ya que para él hubiera sido «imposible llegar» hasta la semifinal por el ascenso a Segunda RFEF. «La vida sigue y traerá lo que merecéis», remata el centrocampista en su mensaje en redes sociales.

A partir de ahora se abrirá una fase de reflexión en el seno del Ciudad de Lucena de cara a la próxima temporada, para la que en pocas semanas se pondrá a trabajar con vistas al cuerpo técnico y a la plantilla celeste de la 21-22, que militará en la Tercera RFEF, quinta categoría del fútbol nacional.