No lo tiene Infinity nada fácil desde su llegada al Córdoba CF y, poco a poco, aunque no completamente, comienza a tomar conciencia de lo que supone la entidad blanquiverde y lo que la rodea. Aunque aún no maneja con habilidad todas las claves, desde luego las económicas sí que las debe tener meridianamente claras. Esta misma semana, el consejero delegado del fondo bareiní en el Córdoba CF, Javier González Calvo, reconocía que ya estaba “realizado el presupuesto” para la próxima temporada y mostraba su orgullo, con razón, porque “pocos clubs” pueden realizar esa afirmación, sea en Primera, Segunda o Segunda División B.

Lo que sí tienen claro en la entidad blanquiverde es lo ocurrido la pasada temporada en el aspecto económico, sobre todo mirando la perspectiva con su última campaña en el fútbol profesional. Entonces, acuciado por LaLiga y por graves problemas de liquidez, la plantilla blanquiverde se realizó sobre el mínimo interprofesional, obligado el club por la patronal del fútbol. En cualquier caso, una línea descendente, la económica, que tuvo reflejo en lo deportivo en el último lustro, justo desde el descenso de Primera División, aunque tocó fondo, lógicamente, en la 2018/19. Entonces, el coste total de la plantilla y cuerpo técnico con todos los pagos laborales obligatorios, no llegó a los tres millones de euros, siendo el presupuesto más bajo de Segunda División. En los años anteriores y salvo la 2015/16, siempre estuvo en la segunda mitad de la tabla en lo que a planteamiento económico se refiere, por lo que la línea decadente fue convirtiéndose en acuciante hasta el punto de terminar perdiendo la categoría de plata del fútbol español.

Curiosamente, en su primera temporada en Segunda B, 13 años después de abandonarla, el Córdoba CF aumentó su presupuesto deportivo en un 50%. Mientras que un año antes ningún jugador podía pasar de los poco más de 90.000 brutos, en esta temporada que ha finalizado media docena han tenido unos emolumentos que suponen el doble, o incluso más, que entonces. El problema fundamental es que el rendimiento deportivo no ha mejorado y a pesar de que el Córdoba CF ha tenido en la campaña finalizada el presupuesto más alto de la categoría (exceptuando a filiales), el resultado en el campo no ha pasado de un quinto puesto en 28 jornadas, sin tocar nunca el liderato y sufriendo para meterse en puestos de privilegio en las pocas semanas que las que los ha disfrutado. Solo el aspecto defensivo del equipo, en la temporada que acaba de finalizar, supera los 1,5 millones de euros.

El cambio en la valoración deportiva, por lo tanto, es obligado. La relación rendimiento-desembolso no se ha apreciado en el campo y, de hecho, en la entidad blanquiverde se tiene reservado un fondo para rescisiones. No significa que se vaya a utilizar al completo, pero sí se contempla que, en caso de que el mercado ofrezca una mejora en un puesto en el que no se cuente con el jugador con contrato, en el club se va a intentar negociar. Y en esa lista entran no pocos. Solo hay que valorar que 17 jugadores tienen relación legal con el Córdoba CF a día de hoy y el Córdoba CF pretende fichar, al menos, a cinco jugadores sénior. Ello obligaría a dar la baja -vía rescisión o cesión- a media docena de futbolistas para, con esos cinco fichajes quedarse en los 16 jugadores mayores de 23 años que permite la reglamentación.

La cifra reservada para interrumpir contratos gira en torno a 500.000 euros, aunque no es fija ni supone disponibilidad. Pero sí representa un límite y una posibilidad para los actuales gestores de la entidad blanquiverde que, hoy por hoy, no están dispuestos a desembolsar 170.000 euros por un futbolista sin la vitola de titular y que juegue una docena de partidos, como sí ha ocurrido esta temporada. Buscar y encontrar una verdadera relación inversión-rendimiento.

Tras la reunión telemática con los inversores de Baréin, hace unos días, no solo están claras las cantidades, sino el presupuesto, tal y como anunció el propio González Calvo. La ventaja que tiene el departamento deportivo, a partir de ahora, es que no es complicado mejorar esa relación entre inversión y rendimiento deportivo si se mira a la temporada recién terminada, aunque todo dependerá de esas futuras rescisiones, nada económicas. ¿Hasta dónde se mejorará? El fútbol lo dirá.