No somos aficionados al deporte de la confusión, por más que se quiera repetir con intencionalidad este mantra. Manipular es convertir intencionadamente el error en un engaño, y ayer este periódico rectificó el apunte contable que dio el jueves sobre la deuda del club, cuando por error confundió la deuda a largo plazo con la total "en los saldos con las administraciones públicas", según reflejaron los datos entregados a los accionistas en la junta del pasado mes de diciembre.

Esos eran los únicos datos en manos de este periódico entonces y no los nuevos que ha ido dando el Córdoba CF a cuentagotas en los dos últimos días, y que también se han ido contando a nuestros lectores de forma literal.

Por tanto, ni hubo intencionalidad alguna el primer día, sí un error que ayer rectificamos, ni se dijo entonces que esa era la deuda actual del Córdoba CF con las administraciones públicas, sino la reflejada en la memoria de la asamblea de diciembre.

De hecho, nos alegramos de que el club la haya reducido, como así ha explicado hoy Carlos González, y recogemos en estas páginas. Él sabe mejor que nadie cuáles son las cuentas reales de la entidad, pero difícilmente las sabrán el resto de aficionados cordobesistas con la actual estrategia de comunicación del club.