A veces los valores, los sentimientos, el orgullo y en otras la rebeldía y la fidelidad a nuestro club son las señas de identidad que nos identifican como cordobesistas. Siempre debemos ser fieles a nuestros colores. Estos conceptos quedarán en lo más profundo hasta nuestros últimos días. Nadie nos puede discutir ni robar nuestra ilusión. Ese orgullo y sentimiento por lo nuestro es lo que sentía Juanín por su Córdoba CF, su equipo del alma, que cada semana le hacía estar eufórico o triste.

El resultado de cada semana le hacía quedarse en el sofá, dándole vueltas a la cabeza para buscar soluciones y generar ilusión a sus nietos, a sus hijos, a su vecino o al aficionado que veía por la calle y al que atendía para cumplir como cordobesista. En definitiva, Juanín fue el mejor cordobesista dentro y fuera del campo.

A veces pienso que las joyas que tenemos en nuestra casa guardadas no las valoramos lo suficiente hasta que un día salimos de fiesta y vemos que nos han sido robadas. Nos han robado a Juan.

Habría que potenciar desde el club los valores de nuestros antepasados y darles las gracias por lo que enseñaron. Los cordobesistas siempre tendremos una deuda contigo.