Dice el periodista estadounidense Henry Abbott, de ESPN, que la NBA es una casa limpia muy preocupada por la higiene y la esterilización. Dobles ventanas, aire acondicionado, puertas herméticas y reciclaje cuidadoso de basura no inmunizan a ningún búnker. Por muy minucioso que se disponga, nunca falta la mosca molesta que sobrevuela la comida caliente o el dulce del fin de semana. Es la naturaleza. De igual manera, el sistema y la reglamentación de la NBA intentan evitar la delgadez de la clase media o que los mejores jugadores se reúnan en los mejores equipos por el buen propósito de la igualdad y competitividad general.

Pero la naturaleza siempre encuentra agujeros para filtrarse por el sistema. De tal manera que derivó en éxito la fórmula de los Miami Heat, esa fiesta de ricos que congregó en el equipo a LeBron James, Dwyane Wade y Chris Bosh para conquistar el título en el 2012. Y por ese mismo filo ha transcurrido la reforma de Los Angeles Lakers, reclutando a Steve Nash, el mejor base de la última década, y al pívot más físico y expeditivo, Dwight Howard. Esta reacción de los despachos está al nivel en cuanto a glamur y recursos de operaciones anteriores en las que el equipo californiano incorporó a estrellas como Kareem Abdul-Jabbar, Wilt Chamberlain, Shaquille O´Neal o la aventura corta y frustrada de Karl Malone y Gary Payton en el 2003.

NOBLES Y PLEBEYOS Muy a pesar de los rectores de la Liga, el modelo triunfante se relaciona con el poder económico y de mercado de cada ciudad o propietario. Los Lakers han firmado con Time Warner un contrato de 25 años por sus derechos televisivos a nivel regional. Ingresarán al año 200 millones de dólares (154 millones de euros) por ese concepto, suficiente para faltarle al respeto al nuevo convenio colectivo y a las altas multas estipuladas por sobrepasar el límite salarial. Está claro que cuando sobran los dólares no hay problema.

Este mundo de nobles y plebeyos se mueve de momento con datos muy optimistas de negocio, un negocio que sí repercute por igual entre sus 30 equipos. La renovación de abonos se sitúa en el porcentaje más alto de su historia por estas fechas, las ventas en la tienda oficial suben el 12% y las audiencias televisivas serán llamativas si en la pantalla aparecen los logos de los Heat o los Lakers. Son los favoritos al título del 2013 para la mayor parte de los expertos, con permiso de los jóvenes y osados Thunder de Oklahoma City.

Los Miami Heat han optado por la continuidad, perpetuando estructura y valores, retocando poco. Se añaden dos tiradores como Ray Allen y Rashard Lewis, y se presume de manera explícita y vanidosa negando la necesidad de un juego interior potente. Bosh jugará mucho de pívot principal y LeBron tiende a jugar cada vez más tiempo de ala-pívot.

Los Angeles Lakers han reunido el mejor quinteto titular que el dinero puede pagar: Nash, Kobe Bryant, Metta World Peace, Pau Gasol y Howard. La producción desde los despachos ha saciado los deseos de reforma cediéndole el turno al entrenador Mike Brown y a la carga química que el ego de cada jugador ponga en funcionamiento. Veremos cómo administran su juego, el número de lanzamientos y la propiedad de los tiros decisivos. Para facilitar el equilibrio, los técnicos han buscado una ley superior, un referente que trate de evitar la congelación del balón en manos de jugadores como Bryant y Nash: el ataque Princeton, una guía ofensiva que puso en práctica el entrenador Pete Carril en dicha universidad durante casi 30 años. Esos conceptos determinaron el impacto y la estética de juego de los Sacramento Kings de principios del siglo XXI. Un ejemplo a seguir para muchos equipos.

Los Oklahoma City Thunder mantienen su capital. Dos oros olímpicos como Kevin Durant y Russell Westbrook asistidos por un Serge Ibaka que, como si de un modelo de coche exitoso en ventas se tratara, anuncia otro año más nuevas mejoras en su juego. Ibaka ha lanzado triples con asiduidad en pretemporada y ha mostrado un acierto sorprendente en todo tipo de lanzamientos.

Los dos proyectos más ilusionantes de la temporada, por novedosos, parten de Brooklyn y Minnesota. Los Nets han hecho una corta mudanza, de New Jersey al barrio, una amenaza directa a la ascendencia de los Knicks en la gran metrópoli de Nueva York. El dinero del magnate ruso Mijaíl Prokhorov ha formado una plantilla llamativa que se desenvolverá en un nuevo y moderno pabellón bajo una estética urbana auspiciada por el célebre rapero y productor Jay Z. En Minnesota, las lesiones de Kevin Love y Ricky Rubio aplazan de momento un desenlace atractivo después de incorporar hasta siete jugadores de cierto nivel (Kirilenko, Roy, Budinger, Shved-) que convierten a los Timberwolves en principal aspirante a equipo de moda.

La temporada está a punto de comenzar con la presencia de varios jugadores españoles. Cada uno llegará a donde su nivel y la competitividad de su equipo lo permitan. Lo que está claro es que habrá atractivos suficientes para seguir la mejor competición de baloncesto del mundo.

Todos esperan que la mejora en el nivel de los jugadores jóvenes con más futuros atraiga más aficionados a una liga que vive por y para el márketing. Será una de las últimas ediciones de la NBA con David Stern como general mánager, pues ha anunciado que dejará el cargo al final de la campaña 2013/2014.