A Xavi poco le importa donde se juegue a fútbol. Le das un balón y es el más feliz del colegio, con perdón del fútbol profesional. Anoche, en un estadio impresentable, Xavi volvió a danzar alrededor de la pelota completando su partido 101 con la selección española, marcando, de rebote, todo hay que decirlo, su noveno gol con La Roja y siendo el único jugador azulgrana que disputó los 90 minutos ante Lituania.

Xavi es así. Pasa incluso por encima del escenario, aunque ellos implique que le cueste gobernar un poco más la pelota. Pero, al final, siempre acaba en sus pies. Aunque le toque jugar en heladas e impracticables playas lituanas. "Este campo era todo arena. Que en el 2011 haya un campo así es triste para el fútbol", denunció ayer Xavi nada más acabar el encuentro. Todavía con evidentes gestos de frío en su rostro, enrojecido por tanto frío que hacía.