El Barça se dejó dos puntos en Sevilla. Como en Gijón. Al Valencia y al Zaragoza les ganó por la mínima. Igual que anoche al Getafe. Partidos que parecen cortados por el mismo patrón. Todos los apuros azulgranas parten por su pasajera incapacidad de cerrar el marcador. De la misma forma que Mascherano se cruzó ante Bendtner y evitó una hipotética eliminación ante el Arsenal, anoche fue una aparición milagrosa de Adriano ante Albín que evitó un empate deprimente. El Barça jugó para golear y acabó pidiendo la hora.

Empieza a ser un detalle preocupante porque cualquier contratiempo pone en riesgo la victoria. El equipo no puede esperar que le echen una mano aquellos que supuestamente le han empujado hasta la cima. Solo le han pitado dos penaltis en 29 jornadas. Suena sospechosamente extraño para el equipo más ofensivo de la Liga. El líder del campeonato anda en la cola de los favorecidos, junto con el Almería y el Levante. La lista de los no señalados (lleva tres en contra) se ha ampliado en los dos últimos encuentros. Al escamoteado en Sevilla se le añadió uno y medio ayer en el Camp Nou. La milonga del célebre Villarato....

EL GETAFE SE VE CON VIDA El once de Guardiola tuvo que esforzarse más de la cuenta para clausurar la cita con el Getafe, que también jugó mucho más que otros visitantes al Camp Nou mientras se vio con vida. O sea, en todo momento. A pesar del derechazo de Alves, incluso cuando Bojan colocó el 2-0 entre una maraña de piernas.

Llega el tramo final y ha reaparecido Bojan, con dos goles en dos partidos... Igual que la temporada pasada. Igual que en su esperanzadora irrupción hace tres temporadas, donde fue la flor que nació en el desierto final de Rijkaard. Ayer, con 20 años y 203 días se convirtió en el jugador más joven del Barça en sumar 100 partidos de Liga, superando a Messi, que ya había cumplido los 21 en la primera centena.

Con los llamados secundarios solucionó el Barça la visita del Getafe sin que nadie hubiera reparado en el equipo de Michel ante la cantidad de sucesos que se han producido durante la semana. Se marchó dejando un buena imagen ante un misericordioso e inefectivo Barça. Aunque siempre mantuvo seis hombres por detrás del balón, y los once en su propia parcela, con marcajes al hombre. Fue cediendo espacios para el uso y disfrute de los azulgranas, que cada vez miraron menos la portería y al final solo miraron el reloj.