Unos tanto y otros tan poco. Los hay, como el australiano Casey Stoner (Ducati), que se coronan campeones a falta de tres grandes premios y, encima, estrenan con otro triunfo la conquista del número uno. Los hay, como el mallorquín Jorge Lorenzo (Aprilia), que prefieren ir matando a sus rivales poco a poco, cual gota malaya, hasta llegar a Kuala Lumpur y colocarse la segunda corona de oro. Los hay, como el valenciano Héctor Faubel (Aprilia), que, al no ser tan buenos, al no dominar tanto, han de sudar sangre para poder aspirar a idéntico o parecido cetro, de ahí que deba arrastrarse por la pista para arañar punto a punto hasta aspirar al título mundial.

EL DIA DE LA BESTIA Así fue ayer el Gran Premio de Australia, una carrera disputada a orillas del mar de Tasmania, en el soleado trazado de Phillip Island, una de las catedrales del motociclismo mundial junto a Jerez y Assen (Holanda), donde dos muchachitos de 21 y 20 años, Bridgestoner y Giorgio, volvieron a demostrar que, hoy por hoy, son ya las dos estrellas más elogiadas del 2007.

Stoner y Lorenzo corrieron como quisieron, ganaron cuando les dio la gana, administraron su dominio con el placer que provoca ser el mejor y generaron la admiración mundial como llevan haciendo desde que, allá por el 10 de marzo, bautizaron con cava del bueno el inicio del campeonato arrasando en la primera carrera del año, celebrada en Qatar.

Unos tanto y otros tan poco. Stoner y Lorenzo han ganado más de la mitad de las carreras que se han disputado este año. Así de claro. Ayer, ante 50.425 motards australianos, conquistaron su noveno gran premio. El líder de MotoGP empezó en Qatar y siguió en Turquía, China, Montmeló, Gran Bretaña, EEUU, Brno, San Marino y, de momento, Phillip Island. "Me he sentido más feliz ganando mi primer gran premio en casa que hace unos días cuando conquisté el título en Japón", dijo ayer el líder de MotoGP, dolorido por el trato que recibe de Valentino Rossi ("tengo la sensación de que quiere jugar conmigo como jugó con Biaggi y Gibernau y ya le he dicho que eso no me gusta") y por el hecho de que su marca de neumáticos esté dispuesta a dárselos al Doctor.

La felicidad de Stoner solo fue comparable al placer que sintió ayer Lorenzo ganando la segunda carrera más apoteósica de la historia del cuarto de litro. Solo el sanmarinense Manuel Poggiali, de quien se dice que regresará el año que viene, logró una diferencia mayor que los 19.634 segundos que el mallorquín sacó ayer a Alvaro Bautista. Poggiali derrotó en el 2003 a Fonsi Nieto, en Mugello, por 22.004 segundos.

DIVERSION "Jamás, jamás me lo he pasado tan bien pilotando, ¡nunca! Tanto que, pese a que desde el muro me pedían calma, serenidad, que aflojara, he seguido retorciendo el acelerador porque me lo estaba pasando bomba, ¡bomba!", predicó ayer el sacerdote del dos y medio.