La familia Milito le tiene ganas al Real Madrid desde que a Gabriel, el central, le repudiaron los blancos por la rodilla. Algún tiempo después, los argentinos le devolvieron la bofetada --puñetazo, por la dimensión y las consecuencias-- donde hablan los futbolistas: sobre un césped de juego y no en los despachos. Anoche, en una Romareda festiva, el delantero Diego Milito no sólo cumplió la venganza familiar, sino que se dio el gustazo de marcarle cuatro goles a Casillas y contribuir a una goleada histórica.